Las infecciones y el cerebro: una relación a tener en cuenta

Las infecciones pueden desencadenar una serie de respuestas en el organismo, algunas de las cuales podrían tener efectos a largo plazo en el cerebro. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas con demencia podría alcanzar los 153 millones para 2050, lo que triplicaría los casos actuales.

¿Qué impacto tienen las infecciones en el cerebro?

Las infecciones pueden desencadenar procesos inflamatorios en el cerebro, que se han relacionado con el desarrollo del Alzheimer. La inflamación puede activar depósitos de beta-amiloide y ovillos de tau, proteínas asociadas con la enfermedad de Alzheimer. Además, las infecciones pueden dañar las neuronas y las células cerebrales, lo que lleva a un deterioro cognitivo.

¿Podrían las infecciones aumentar el riesgo de Alzheimer?

Aunque aún no se ha demostrado que las infecciones sean una causa directa del Alzheimer, algunos estudios sugieren que pueden aumentar el riesgo. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista The Lancet Healthy Longevity encontró que las personas con antecedentes de infecciones graves tenían un mayor riesgo de desarrollar demencia.

¿Qué podemos hacer para reducir el riesgo?

Mantener una buena higiene bucal, dormir lo suficiente, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta saludable, evitar el aislamiento social, reducir el estrés y vacunarse contra enfermedades infecciosas son medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de infecciones y, por tanto, el riesgo de desarrollar Alzheimer.

"La prevención es clave para reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia. Adoptar hábitos saludables y controlar los factores de riesgo puede hacer una diferencia significativa", destacan los especialistas.

Es importante recordar que las infecciones son solo uno de los muchos factores que pueden contribuir al desarrollo del Alzheimer. Otros factores de riesgo incluyen la edad, los antecedentes familiares, la genética, las lesiones en la cabeza y las condiciones médicas como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Si le preocupa su riesgo de desarrollar Alzheimer, hable con su médico. Pueden evaluar su riesgo y recomendarle medidas para reducirlo.