El sospechoso de la muerte de Esther López paga una fianza de 205.000 euros

El caso sigue abierto y la jueza pide nuevas diligencias

La jueza que investiga la muerte de Esther López en 2022 en Traspinedo (Valladolid) ha solicitado nuevas diligencias para esclarecer el caso. La titular del Juzgado de Instrucción Número 5 de Valladolid ha pedido que declaren como testigos los agentes de la Guardia Civil y otras personas que rastrearon la zona donde apareció el cadáver de la mujer, de 35 años.

Además, ha instado a la Guardia Civil a aportar las grabaciones de los drones que rastrearon el lugar los días y horas en que se produjo la desaparición. También ha impuesto una fianza de 205.000 euros a Óscar S., el único sospechoso de la muerte.

La defensa de este presentó hace semanas unas grabaciones en las que alegaba que el cuerpo podía haber sido visto desde la carretera contigua a la cuneta, pero los familiares de López sostienen que la vegetación lo hacía invisible y que el vídeo no aporta suficiente claridad, por lo que ha sido rechazado por la jueza.

La jueza ha rechazado archivar el caso y mantiene la tramitación para que sea juzgado por un tribunal del jurado por los delitos de asesinato u homicidio dolosos, lesiones agravadas, omisión del deber de socorro, contra la integridad moral, maltrato al cadáver, secuestro, detención ilegal y contra la seguridad del tráfico.

Las diligencias solicitadas son "pertinentes y útiles" antes de decidir sobre la apertura del juicio oral. La jueza encargada del caso admite "indicios" de lo esgrimido por los familiares y sus abogados, que sostienen que Óscar S. pasó la noche previa a la desaparición con López y que pudo atropellarla cerca de su vivienda, "causándole serias lesiones, pero no la muerte".

La autopsia y la versión de los investigadores revelaron que ese hipotético impacto le causó daños graves, pero que hubiera sobrevivido de haber sido atendida por el agresor, quien la habría abandonado a seis grados bajo cero y tras el consumo de sustancias estupefacientes.

"Siendo consciente de que se encontraba con vida, lejos de prestar ayuda o solicitar ayuda que otros pudieran prestar, esperó entre una y tres horas hasta que comprobó que estaba ya muerta procediendo a ocultar el cadáver, y finalmente meterlo en el maletero de su vehículo y tirarlo, horas después en el lugar donde fue hallado, no dando noticia directa o indirecta de donde se encontraba", recoge la comunicación judicial remitida a los medios, lo cual constituyen esos "indicios".

De este modo, la jueza ha requerido al investigado, que permanece en libertad, una fianza de 205.000 euros "para hacer frente a las responsabilidades pecuniarias a las que pudiera tener que hacer frente en el caso de ser condenado". Las diligencias, admite la titular del juzgado, dictaminarán cómo proceder en adelante.