Los Niños Dios se arreglan para las celebraciones de la Candelaria

Roberto Peña y su esposa se preparan para reparar entre 200 y 300 Niños Dios antes de las celebraciones del Día de la Candelaria, el 2 de febrero.

Un oficio familiar

Peña lleva 20 años dedicándose a esta labor, que aprendió de manera autodidacta junto a su familia. Desde entonces, el yeso, la cerámica en polvo, el bisturí y la pintura se han convertido en sus herramientas para restaurar a los Niños Dios de todos los tamaños.

Este año, Peña y su familia han instalado su puesto de restauración en la explanada municipal de Xonacatlán, Estado de México, donde trabajan largas jornadas para cumplir con los encargos a tiempo.

Reparaciones meticulosas

Los Niños Dios suelen llegar con diversos daños, como brazos y dedos rotos. Peña tarda entre una y dos horas en restaurar los más dañados, y entre 20 y 30 minutos en reparar deditos rotos.

Los Niños Dios hechos de resina son los más difíciles de reparar, ya que no hay moldes para sacar las piezas faltantes. Sin embargo, Peña y su familia logran sacar adelante el trabajo.

Recomendaciones para los feligreses

Peña recomienda a los feligreses que acudan con anticipación a reparar sus Niños Dios, ya que el trabajo se acumula cerca de la fecha de la Candelaria. Además, el costo de la reparación aumenta conforme se acerca el día.

Este año, la Candelaria cae en domingo, lo que beneficia el negocio de Peña y su familia, ya que las personas tienen más tiempo para acudir a misa y celebrar en familia.