La oración es una práctica diaria para millones de personas, especialmente antes de dormir. Investigaciones recientes analizan su impacto en la salud mental, revelando que influye en el bienestar psicológico según el vínculo afectivo con lo divino.

El apego a lo divino y la salud mental

Estudios en psicología exploran la relación entre la oración y el apego a Dios, que influye en el bienestar emocional. Quienes tienen un apego seguro, basado en la confianza en el apoyo divino durante las dificultades, presentan menores niveles de estrés y ansiedad.

En contraste, las personas con apego evitativo o inseguro perciben la oración como frustrante, aumentando el malestar emocional. El apego inseguro puede generar la sensación de que las oraciones no son escuchadas, agravando la ansiedad y la depresión.

Neurociencia de la oración

La neurociencia también analiza el impacto de la oración. Andrew Newberg, del Instituto Marcus de Salud Integral, estudió cómo la oración y la meditación afectan la actividad cerebral.

Durante la meditación, disminuye la actividad en el lóbulo parietal, provocando una sensación de desconexión del espacio y el tiempo, mientras que aumenta en los lóbulos frontales, favoreciendo la concentración.

En el caso de la oración, se activa tanto el lóbulo frontal como el parietal inferior, relacionado con el procesamiento del lenguaje, lo que sugiere que la oración verbal activa zonas cerebrales distintas a la meditación silenciosa.

Newberg concluye que la oración y la meditación inducen cambios cerebrales que impactan el estado mental y emocional.

Conclusión

La oración puede ser beneficiosa para la salud mental cuando se basa en un apego seguro a lo divino. Sin embargo, un apego inseguro puede provocar efectos negativos. Comprender la relación entre la oración y el apego puede ayudar a las personas a aprovechar mejor esta práctica.