La policía recibe pistas sobre ‘la mujer que no estaba sola’ y ‘la mujer de rosa’

Los primeros días de la campaña Identify Me (‘Identifícame’ en inglés) han sido provechosos. Los ciudadanos han respondido a la petición de Interpol para ayudar a identificar a 46 mujeres fallecidas en seis países con 200 mensajes, 27 de ellos sobre los siete casos españoles. La policía ha recibido pistas sobre “el caso de la mujer que no estaba sola”, que perdió la vida en 1999 en una habitación de un hotel de Premià de Mar (Barcelona), y “el caso de la mujer de rosa”, hallada muerta en el kilómetro 84 de la carretera de Vila, en Viladecans (Barcelona) en 2005 en circunstancias sospechosas.

Esas informaciones los relacionan con dos mujeres desaparecidas en Australia y Bulgaria, respectivamente, por lo que los agentes españoles han enviado información, como fotografías reales de los cuerpos, huellas y perfil genético de las fallecidas, a los cuerpos policiales de esos países.

Esta campaña internacional, que busca cerrar casos en los que hay sospechas de que las víctimas no tenían arraigo en el país en el que fallecieron, recopila la ayuda ciudadana a través de la Policía Nacional o de un formulario web de Interpol.

Algunos de los mensajes han tenido un tono jocoso, explica el inspector jefe Javier Álvarez, responsable del Grupo 5 de la Oficina Central Nacional (ONC) de Interpol en Madrid, pero cuatro o cinco de ellos sí que han sido considerados. También se han recibido informaciones con “nombres de pueblos” que pueden ser de interés y se han remitido a los cuerpos policiales que investigan estos casos.

Estos llamamientos ciudadanos aportan un poco de aire fresco a investigaciones que suelen ser lentas y difíciles. Las siete mujeres fallecidas en España y cuyos casos están sin resolver, murieron entre 1999 y 2019 en Cataluña, Madrid, Baleares y el País Vasco. Hasta hace apenas unos días no se conocían detalles policiales de sus casos, como sus descripciones físicas, alguna joya peculiar con la que fallecieron, como un anillo con forma de búho, o rasgos físicos. Las 46 mujeres fallecidas sin identificar que forman parte de la campaña internacional perdieron la vida en Francia, Italia, Bélgica, Alemania, Países Bajos y España y sus casos se pueden consultar en la página web de Interpol.

“Hasta el más mínimo dato puede ser esencial. Ya sea un recuerdo, una pista o una anécdota. La ciudadanía puede ser la clave para averiguar un nombre o un hecho pasado y para obtener justicia después de mucho tiempo”, explicó el secretario general de Interpol, Jürgen Stock, en el lanzamiento de la iniciativa.

La campaña también busca que quienes tengan un familiar desaparecido sepan que hay mecanismos con los que pueden encontrar las respuestas que están buscando, como realizar una comparación de perfiles de ADN. La base de datos I-Familia permite el cotejo de perfiles genéticos facilitados por las familias con las notificaciones negras [avisos que Interpol envía a la policía de todo el mundo para buscar información sobre cadáveres por identificar]. Y van dando resultados”, explica el inspector jefe Álvarez. Tiene 30.000 perfiles de 80 de los 196 países que forman parte de Interpol, y hace apenas una semana que se encontró una coincidencia de una persona holandesa, señala el agente.

Desde que se lanzó Identify Me, hace apenas 10 días, ha recibido casi un millón de consultas a través de la página de Interpol, de las que unas 25.000 han llegado desde España y entre 50.000 y 60.0000 desde Francia y Alemania.

Estos son los dos casos españoles sobre los que se ha recibido información:

La mujer que no estaba sola

Esta víctima es el caso más antiguo de los que se incluyen en la campaña de petición de ayuda, ya que su cuerpo fue hallado en 1999 en una habitación de hotel en Premià de Mar (Barcelona), con las manos atadas y signos de violencia. Se hospedaba en compañía de un hombre blanco de entre 25 y 30 años, de estatura media y barba corta. La mujer medía 1,70, tenía entre 23 y 25 años, ojos azules, tez blanca y cabello de color castaño claro. No llevaba ropa cuando fue hallada, y entre sus marcas corporales los investigadores destacan dos agujeros perforados en cada oreja. El hombre que la acompañaba tenía el pelo largo, ondulado y oscuro. Hablaba francés e inglés.

Según relataron algunos testigos, la pareja podría ser oriunda de Ginebra (Suiza) o de una ciudad a unos 10 kilómetros de Ginebra que tiene la palabra “ville” en su nombre.

La mujer de rosa

El 3 de julio de 2005 fue hallado el cadáver de una mujer en el kilómetro 84 de la carretera de Vila, en Viladecans (Barcelona). La mujer, de ojos azules y cabello castaño, teñido de cobre y ondulado, llevaba muerta menos de 24 horas y la causa de su muerte era sospechosa. Tenía una edad estimada de entre 20 y 25 años, medía 1,60 y su tono de piel era claro. La ropa, toda en tonos rosas, ha sido la que ha dado nombre a su caso, del que no hay mucha más información.

Vestía pantalón tres cuartos rosa fucsia, marca Xdye, top con estampado floral rosa, y llevaba unas sandalias negras y rosas. Los investigadores también reseñan que tenía un pequeño lunar en el abdomen y que llevaba puestos unos pendientes de aro de oro y una pulsera de oro con estrellas.