Se ha desarrollado un tratamiento preventivo para el virus sincitial respiratorio, que afecta a 64 millones de personas cada año. Sin embargo, la escasez de medicamentos ha generado confusión sobre cuál es el mejor tratamiento para los ancianos en comparación con los niños.
Después de décadas de trabajo, ahora hay tres nuevos productos disponibles para la prevención del virus sincitial respiratorio (RSV), dice Laura Hammitt, médica y directora del programa de prevención de enfermedades infecciosas en el Centro de Salud Indígena de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins. Alrededor de 58,000-80,000 niños menores de 5 años y aproximadamente 60,000-160,000 adultos mayores de 65 años son hospitalizados cada año debido al virus. A nivel mundial, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas estima que el RSV afecta a unos 64 millones de personas y causa unas 160,000 muertes.
RSV es un virus respiratorio transmitido por el aire que circula principalmente durante los meses de invierno. Los síntomas incluyen congestión nasal, tos y dolor de garganta leve. La situación se vuelve grave cuando RSV ataca las vías respiratorias inferiores, lo que puede causar problemas respiratorios graves y en algunos casos, la muerte. La buena noticia es que ahora hay tres nuevos productos disponibles para la prevención de RSV: dos vacunas y un medicamento no vacunal. Estos productos han demostrado ser efectivos en la prevención de infecciones graves por RSV y reducir el riesgo de hospitalización.
La escasez de medicamentos y las barreras financieras han generado preocupación y confusión entre las familias. Algunas aseguradoras de salud han tardado en cubrir los costos de estos nuevos medicamentos, lo que dificulta el acceso para algunas personas. Además, ha habido escasez de uno de los productos, lo que ha afectado la disponibilidad en diferentes partes del país. Aunque se espera recibir un envío adicional de medicamentos para recién nacidos, es probable que no sea suficiente para satisfacer la demanda actual.
Ante la escasez de medicamentos, es importante implementar medidas preventivas para limitar la propagación de la infección por RSV. Esto incluye lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, quedarse en casa cuando se está enfermo y desinfectar regularmente superficies de alto contacto. Además, mantenerse al día con las vacunas anuales también puede ser útil para mejorar la inmunidad.