Descubren cómo químicos domésticos afectan el desarrollo cerebral
Una preocupante investigación científica de la Universidad Case Western Reserve, en conjunto con especialistas de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE. UU. (EPA), revela la relación directa entre la presencia de ciertos compuestos químicos comunes en hogares y el daño cerebral en niños. Los oligodendrocitos, células cerebrales encargadas de la producción de mielina, pueden verse severamente afectados por la exposición a compuestos de amonio cuaternario y retardantes de llama organofosforados, ambos presentes en productos de uso diario.
¿Qué son los oligodendrocitos y por qué son vitales para el cerebro?
Los oligodendrocitos cumplen un rol fundamental en el cerebro, mielinizando las neuronas y facilitando así la transmisión de información. Las alteraciones en su desarrollo, como las causadas por estos compuestos, podrían tener como consecuencia enfermedades como esclerosis múltiple, trastornos del espectro autista y déficit de atención e hiperactividad.
Efectos nocivos y prevalencia alarmante
Las pruebas realizadas evidencian que los niños expuestos a altos niveles de organofosfatos tienen un mayor riesgo de precisar educación especial y de padecer disfunciones motoras. Lo alarmante es que casi la totalidad de los niños estadounidenses entre 3 y 11 años presenta metabolitos de organofosfatos en su orina, marcando una exposición prácticamente universal a estos químicos.
Investigaciones futuras: una necesidad inminente
Aún resta mucho por investigar sobre la interacción de estos compuestos con el cerebro humano y la duración y cantidad de exposición necesaria para causar daño. Entender estos mecanismos es fundamental para poder establecer regulaciones efectivas y reducir la exposición a estas sustancias.