Pedro Sánchez blinda su Gobierno con dos minicrisis

Óscar López, jefe de Gabinete en La Moncloa, y Diego Rubio, responsable de Asuntos Europeos, ocuparán los puestos de Escrivá y Ribera

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido hacer frente a los dos primeros agujeros que se le abren en el Ejecutivo tras los ascensos de José Luis Escrivá y Teresa Ribera a nuevos cargos. Para ello, ha optado por resolverlos con sendas minicrisis que reforzarán el perfil político del Gobierno, según coinciden varios dirigentes consultados.

En primer lugar, Sánchez ha decidido cerrar la minicrisis de la salida de Escrivá con el nombramiento de Óscar López, su jefe de Gabinete en La Moncloa. López es un veterano del PSOE curtido en muchas batallas a la sombra de varios líderes del partido y su entrada en el Ejecutivo reforzará el perfil político del Gobierno, según coinciden varios dirigentes consultados. Escrivá, por su parte, era un independiente con mucho prestigio pero sin vena política, y nunca jugó ese papel de escudo del presidente y de ariete frente a la oposición que sí podría ejercer López.

Una apuesta por el perfil político

Esta apuesta por el perfil político se debe a un momento de debilidad parlamentaria y con la oposición muy fuerte, porque tiene mucho poder autonómico y local y por primera vez más escaños que el partido del Gobierno, y con una presión política máxima. En este contexto, el perfil de López puede ser muy útil para el Gobierno.

Por otro lado, Sánchez también tiene previsto cerrar con otra minicrisis puntual la salida de Ribera, manteniendo en principio su vicepresidencia aunque de momento no se conoce quién la relevará. Con la entrada de López y la próxima sustitución de Ribera, Sánchez considera cerrados los cambios y se prepara para una temporada muy dura en la que se pondrá a prueba la resistencia del Gobierno y su mayoría parlamentaria.

Mientras tanto, Sánchez ha anunciado que la semana que viene llevará al Consejo de Ministros el techo de gasto para empezar de nuevo el trámite para intentar aprobar unos Presupuestos. Si se los vuelven a tumbar, como pasó en julio, las Cuentas estarán prácticamente muertas este año, pero el Gobierno está absolutamente dispuesto a seguir aunque tenga que prorrogarlas. “Hay Gobierno para rato”, ha insistido el presidente.

“Son buenos tiempos para los optimistas”, ha resumido Sánchez, que insiste en que España vive uno de los mejores momentos de su historia y la crispación y el ruido es una construcción política mediática que no se corresponde con la realidad que cualquiera ha podido ver este verano en sus vacaciones.