Las universidades de EE. UU. navegan por un panorama cambiante en medio de la agitación
El panorama de la educación superior en Estados Unidos está experimentando una transformación significativa. Las universidades se están preparando para recibir a un número récord de estudiantes este otoño, incluso cuando enfrentan una serie de desafíos sin precedentes. Estos desafíos incluyen cambios radicales en los procesos de admisión tras la prohibición de la discriminación positiva por parte de la Corte Suprema, presiones presupuestarias cada vez mayores, preocupaciones sobre la ayuda financiera y la matrícula, y controversias en los campus relacionadas con protestas y la libertad académica. Según Grupo Milenio, estos factores están convergiendo para crear un entorno complejo tanto para las instituciones como para los estudiantes.
El impacto de las políticas de la administración Trump
La posible vuelta de Donald Trump a la presidencia está generando incertidumbre adicional. Durante su anterior mandato, su administración implementó políticas destinadas a reducir el presupuesto del Departamento de Educación, lo que podría haber afectado significativamente la financiación universitaria. Según informa The New York Times Company, algunas universidades ya están sintiendo la presión y se ven obligadas a cerrar laboratorios y enfrentarse a investigaciones de derechos civiles relacionadas con acusaciones de antisemitismo.

Ante esta situación, alrededor de 3.9 millones de estudiantes se están graduando de la escuela secundaria y muchos planean asistir a la universidad. Los cambios que se avecinan podrían tener un gran impacto en sus experiencias, tanto en lo grande como en lo pequeño.
El panorama diverso de la educación superior
Estados Unidos cuenta con alrededor de 4,000 instituciones de educación superior, que ofrecen desde diplomas de enfermería hasta doctorados en historia. Sin embargo, el sector se enfrenta actualmente a importantes retos. Los recortes presupuestarios federales propuestos por la administración Trump podrían ser particularmente perjudiciales para las universidades donde la investigación es un componente central de la cultura y la estructura del campus. Universidades como la Universidad de Pensilvania, Johns Hopkins y la Universidad Estatal de Kansas ya han anunciado despidos o congelación de contrataciones, y pueden tener que modificar su oferta de cursos.

Aunque todavía no está claro el alcance de las medidas de austeridad, ni cómo afectarán a los estudiantes universitarios en otoño, según Grupo Milenio, las universidades públicas regionales, que suelen recibir menos atención, son la columna vertebral de la educación superior para millones de estudiantes. Aunque no han sido tan atacadas por la administración Trump, siguen enfrentándose a desafíos importantes relacionados con las dificultades presupuestarias estatales, el aumento de los costes diarios y la disminución de la matrícula.
En algunos campus, los estudiantes se están encontrando con servicios y personal reducidos, menos profesores, menos recursos académicos y edificios cerrados con mayor frecuencia.
Navegando por la ayuda financiera en un clima cambiante
La incertidumbre rodea a los programas federales de ayuda financiera. El intento de la administración Trump de desmantelar el Departamento de Educación ha puesto en peligro dos programas federales clave: las becas Pell y los préstamos estudiantiles.
Si bien la Secretaria de Educación, Linda McMahon, expresó su deseo de ampliar el programa de becas Pell, destinado a estudiantes de bajos ingresos, no está claro qué organismo o entidad administraría las becas si el Departamento de Educación dejara de existir. Según The New York Times Company, Trump sugirió que la Agencia Federal de Pequeños Negocios se haría cargo de la cartera federal de préstamos estudiantiles, una propuesta que fue calificada de «ilegal, poco seria y una distracción» por el Student Borrower Protection Center, una organización sin ánimo de lucro.
Dada la magnitud del programa de préstamos, es poco probable que se produzca una transferencia rápida. Hasta que el Congreso o los tribunales federales intervengan, el proceso de solicitud de ayuda financiera y préstamos seguirá siendo el mismo. A pesar de los recientes despidos en el Departamento de Educación, la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA) ha funcionado con mayor fluidez esta temporada tras una importante revisión de la solicitud.
Controversias sobre diversidad, equidad e inclusión (DEI)
Muchas universidades han considerado históricamente que los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) son esenciales para mejorar la matrícula en un panorama competitivo. Sin embargo, estos programas se han enfrentado a una reacción negativa, lo que ha llevado a los legisladores estatales a promulgar leyes para eliminarlos. El gobierno de Trump también los está atacando.
Las universidades están respondiendo de diversas maneras, desde cambiar el nombre de sus iniciativas de DEI hasta adoptar medidas más agresivas. Por ejemplo, la Universidad de Florida despidió a sus 13 miembros de DEI en marzo de 2024 en respuesta a una prohibición estatal. En algunos campus, los estudiantes ya están notando las diferencias. Según informa Grupo Milenio, la Universidad de Virginia eliminó los cursos de formación sobre temas como DEI y microagresiones de su sitio web. En la Universidad de Houston, el periódico del campus anunció el cierre de un centro LGBT+ después de que Texas prohibiera los programas de diversidad en las facultades y universidades. La Universidad del Norte de Florida cerró un centro LGBT+, un centro para mujeres, un centro interreligioso y un centro intercultural. Los estudiantes de la Universidad Estatal de Missouri protestaron por la eliminación de una conferencia anual sobre diversidad y una gala de «excelencia inclusiva» en enero.
A pesar de estos retrocesos, sigue habiendo resistencia. El presidente del Amherst College de Massachusetts, Michael Elliott, calificó recientemente las órdenes de Trump de ambiguas y prometió que Amherst no haría recortes.
El impacto de la decisión de la Corte Suprema sobre la discriminación positiva
La decisión de la Corte Suprema de 2023 de anular las admisiones basadas en la raza ha revocado casi 50 años de precedentes judiciales y políticas universitarias. El impacto total de esta decisión en las admisiones, especialmente en las instituciones más selectivas del país, aún está por verse.
Los datos iniciales de los estudiantes entrantes del otoño muestran un descenso general del número de estudiantes negros matriculados. Por ejemplo, la Facultad de Derecho de Harvard matriculó a 19 estudiantes negros de primer año el otoño pasado, frente a los 43 del año anterior. Según informa The New York Times Company, algunas excepciones a esta tendencia existen, y los funcionarios se han mostrado reacios a predecir resultados futuros debido a la dificultad de comparar diferentes métodos de conteo entre las universidades.
Las universidades están tratando de mantener la diversidad aumentando la ayuda financiera y el reclutamiento, especialmente en las zonas rurales. Varias universidades, como el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Harvard, ofrecen matrícula gratuita a los estudiantes cuyas familias ganan 200,000 dólares o menos.
La Corte también dejó abierta la posibilidad de que las universidades consideraran la raza en el contexto de los desafíos de la vida, particularmente cuando los estudiantes los presentaran en los ensayos de solicitud. Sin embargo, organizaciones como Students for Fair Admissions, que presentó el caso ante la Corte Suprema, están dispuestas a impugnar a las universidades si ven alguna indicación de decisiones basadas en la raza.
Los grupos que se oponen a la discriminación positiva también examinarán medidas como los resultados de los exámenes SAT, si pueden obtenerlos, para ver si las universidades están aplicando diferentes criterios a diferentes razas y etnias. En definitiva, el panorama de la educación superior en Estados Unidos se encuentra en un estado de flujo, con numerosos desafíos e incertidumbres que se avecinan. Las universidades y los estudiantes deben navegar por estas complejidades para garantizar un futuro exitoso para la educación superior.