Vecinos de Valencia claman por mayor inclusión en la reconstrucción post-DANA

En un pleno extraordinario, los residentes de las pedanías del sur de Valencia, impactadas por la devastadora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), están expresando su frustración y exigiendo una participación más activa y significativa en los procesos de reconstrucción. La solicitud, impulsada por Compromís, busca que el gobierno local de María José Catalá establezca mecanismos que permitan a los ciudadanos influir directamente en las decisiones que afectan sus comunidades, asegurando que no se repitan errores del pasado.

La respuesta del Ayuntamiento

Ante las críticas, Julia Climent, concejala de Participación y Pedanías, está defendiendo la postura del Ayuntamiento, afirmando que se está manteniendo una comunicación constante con las áreas afectadas. Según Climent, estas interacciones se están formalizando a través de reuniones de seguimiento regulares entre el gobierno municipal y las entidades locales, diseñadas para informar sobre las acciones tomadas y futuras, así como para recibir nuevas propuestas. Sin embargo, esta versión está contrastando con las experiencias de muchos vecinos, quienes sienten que su voz no está siendo escuchada adecuadamente.

Voces desde las pedanías

El malestar entre los vecinos se está haciendo evidente en el pleno extraordinario, donde representantes de 25 entidades afectadas por la riada del 29 de octubre están compartiendo sus testimonios. Estos ciudadanos están reprochando a la alcaldesa que se haya necesitado forzar la realización de un pleno para discutir la situación, cinco meses después de la catástrofe que cobró la vida de 17 personas en Valencia, 14 de ellas en La Torre.

Indignación en La Torre

Elvira Puchades, de la Asociación de Vecinos El Palmar de La Torre, está expresando la indignación de los habitantes por la supuesta falta de respuesta inmediata y eficaz por parte del Ayuntamiento tras el desastre. «Los habitantes de La Torre estamos indignados por la falta de respuesta inmediata del Ayuntamiento, estamos hartos de que la alcaldesa venga a hacerse la foto de cara a la galería pero solo en algún comercio por afinidad política y siempre en aquellas zonas que tienen la cara lavada y nunca se pase por calles adyacentes donde todavía hay barro, escombros y hasta ratas», está manifestando Puchades, según informa C. Vázquez (El País, 2025).

Aniuska Dolls, del AMPA del CEIP Padre Manjón, también en La Torre, está instando al consistorio a involucrar a todos los interesados en la toma de decisiones, garantizando que dispongan de la información necesaria para participar activamente. Dos representantes de Casa Marruecos están denunciando la «situación que viven miles de personas que siguen siendo invisibilizadas por este Ayuntamiento, personas migrantes que antes, durante y después de la DANA han sido ignoradas por unas instituciones más preocupadas por limpiar su imagen que por garantizar derechos y brindar soluciones» (El País, 2025).

Avances y desafíos

No todas las voces están siendo críticas. Jorge Guillot, de la Asociación Cultural de La Torre, está reconociendo que el Ayuntamiento está trabajando en la limpieza de vehículos, una demanda vecinal clave, y que la zona está mejorando. Sin embargo, Guillot está señalando que la lentitud en los pagos del Consorcio de Compensación de Seguros está obstaculizando la rehabilitación de ascensores y garajes. Daniel Sancho, del club de fútbol Discóbolo de La Torre, está afirmando que su organización está siendo invitada a las reuniones sobre la reconstrucción, expresando su agradecimiento por las acciones del Ayuntamiento en su área.

Críticas a la falta de integración

Empar Puchades, de la asociación vecinal de Castellar L’Oliveral, está reconociendo que existen reuniones con el Ayuntamiento, pero está criticando la falta de integración de los vecinos en la comisión de reconstrucción y en procesos de participación significativos. «No nos sentimos tratados como ciudadanos comprometidos, maduros y organizados. No nos han ofrecido espacios donde hacer una crítica serena y constructiva necesaria para no repetir errores», está declarando Puchades.

Demandas en Forn d’Alcedo

María José Giner, de Forn d’Alcedo, está aprovechando el pleno para recordar las necesidades de su pedanía, incluyendo una vía ciclopeatonal que conecte el barrio con el resto de la ciudad a través del nuevo cauce del Turia, así como sistemas de drenaje para evitar inundaciones.

Reacciones políticas

Lucía Beamud, concejala de Compromís, está agradeciendo la participación de los vecinos y recordando que su grupo lleva desde diciembre solicitando un pleno monográfico. «Nosotros hemos hecho este proceso de participación desde la humildad. Seguramente este ayuntamiento podía hacerlo mucho mejor porque es la segunda institución más potente de la Comunidad Valenciana después de la Generalitat, pero como no lo ha hecho, lo hemos acometido nosotros», está explicando Beamud, reiterando su petición de dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.

Javier Mateo, concejal socialista, está recordando que su grupo lleva meses proponiendo medidas concretas para la recuperación de las pedanías, lamentando que el gobierno municipal no esté apoyando sus iniciativas. Julia Climent está respondiendo que el 90% de las propuestas planteadas por Compromís están en ejecución o en estudio, acusando a Compromís de romper un acuerdo casi total por exigencias relacionadas con la ley de l’Horta y el transporte público.

Papi Robles, portavoz de Compromís, está destacando la calidad de las iniciativas vecinales y criticando la falta de escucha de la alcaldesa Catalá. Robles está enfatizando que el pleno es la culminación del proyecto Valencia Participa, un proceso que ha recogido más de 230 aportaciones ciudadanas, de las cuales 66 han sido consensuadas para su debate en el pleno.

Mirando hacia el futuro

Mientras el debate continúa, la necesidad de un diálogo constructivo y una colaboración real entre el Ayuntamiento y los vecinos de las pedanías afectadas por la DANA está siendo más urgente que nunca. La reconstrucción no solo implica obras y recursos económicos, sino también la participación activa y el empoderamiento de las comunidades afectadas, garantizando que sus voces sean escuchadas y sus necesidades atendidas de manera efectiva.