Ataques de las disidencias de las Farc en el Cauca: un pueblo bajo asedio

El conflicto armado en el norte del Cauca se recrudece, dejando a la población en medio del fuego cruzado. Corinto, un municipio de calles polvorientas y casas de colores pálidos, es un claro ejemplo de la situación que se vive en la región.

Los grupos ilegales controlan las calles y las fachadas de las casas están llenas de grafitis amenazantes: "Vidrios abajo o plomo", advierten. El miedo se respira en el ambiente y la gente prefiere callar antes que hablar.

El pasado lunes, la estación de Policía de Morales, un pueblo a 103 kilómetros al sur de Corinto, fue atacada por disidentes de las Farc. El resultado: cinco muertos, dos soldados, dos detenidos y un joven indígena nasa. El ataque también dejó 11 vehículos destruidos y daños en varias viviendas.

La población, la más afectada

Pero los más afectados son siempre los civiles. En La Toma, un corregimiento de Suárez, el pueblo natal de la vicepresidenta Francia Márquez, los hostigamientos y los ataques han obligado a 350 personas a desplazarse de sus casas. Desde el pasado lunes, se encuentran confinadas en una iglesia cristiana, sin agua potable ni alimentos suficientes.

Los niños y las mujeres son los más vulnerables. El reclutamiento de menores está aumentando y muchas niñas han sido víctimas de violencia sexual. El miedo y la incertidumbre se han apoderado de la comunidad, que pide ayuda a gritos.

"Estamos en medio de la confrontación. La última vez que vivimos algo así acá fue en 2011, cuando mataron a 'Alfonso Cano'. Los de las bandas ilegales pretenden disparar desde el otro lado de la montaña hacia la base militar, pero ni por más potencia que tengan, los tatucos o disparos no van a llegar, sino que caen sobre nuestras casas y el campo en el que trabajamos", denuncia uno de los hombres confinados.

El gobierno, ausente

La presencia del Estado en la zona es prácticamente nula. El único retén militar que se ve es sobre la vía Panamericana, a la entrada del departamento. Las vías secundarias están vacías, no hay señal de datos celulares y se ven algunas motos y camionetas blancas de alta gama. También se ven varias fincas y casas en venta.

El presidente Gustavo Petro visitó la zona el jueves pasado, pero su recorrido duró apenas 18 minutos. Los afectados se sienten olvidados y abandonados, y piden ayuda a las autoridades.

"Nos demoramos más esperándolo que lo que estuvo. Quizás por seguridad se tuvo que ir. Pero así pasa con todos. Vienen y se van, y nos quedamos esperando. Hubiera venido Francia (Márquez) al menos", manifestó una de las afectadas.

El clamor de los caucanos es cada vez más fuerte. Exigen paz, seguridad y garantías para vivir. Pero por ahora, el conflicto armado sigue siendo el pan de cada día en esta región olvidada de Colombia.

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