Cataluña guarda las banderas y busca piso
Tras una década de agitación política, Cataluña ha aparcado las reivindicaciones independentistas y se ha centrado en un problema más acuciante: la falta de vivienda asequible.
La crisis de la vivienda en Cataluña
Los jóvenes catalanes tardan cuatro años más que la media europea en emanciparse debido a la escasez de viviendas disponibles y a los elevados precios de alquiler y compra. Los pisos suben el doble que los salarios, y las viviendas protegidas son insuficientes para atender la demanda.
El discurso pragmático de Salvador Illa
En su primer debate de orientación política en el Parlament, el presidente catalán, Salvador Illa, ha hecho de la vivienda su prioridad. Illa ha prometido construir 50.000 viviendas asequibles para 2030, con una inversión de 4.400 millones de euros.
La vivienda como pegamento político
Illa considera que la vivienda puede unir a la ajustada mayoría progresista que le invistió hace dos meses. Además, le permite diferenciarse de Junts, PP y Vox, que votaron en contra de la regulación del alquiler vacacional en el Congreso de los Diputados.
El escepticismo de los catalanes
Los catalanes han escuchado muchas promesas de vivienda asequible en el pasado, pero pocas se han cumplido. Por ello, Illa también ha prometido pragmatismo y evitar las frustraciones que han caracterizado la política catalana en los últimos años.
Cataluña no está para más derrotas. Ahora busca piso. Y, si puede ser, en un barrio tranquilo.
Queda por ver si las promesas de Illa se traducirán en soluciones reales para la crisis de la vivienda en Cataluña.