Trump presiona a España para aumentar el gasto en defensa
En el primer contacto bilateral desde el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la administración estadounidense está presionando a España para que aumente significativamente su gasto en defensa. La solicitud se produjo durante una llamada entre Christopher Landau, subsecretario de Estado de EE. UU., y Diego Martínez Belío, secretario de Estado español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, según informa Miguel Jiménez de El País.

La OTAN y el compromiso del 2% del PIB
Estados Unidos está basando su petición en los compromisos adquiridos por los aliados de la OTAN en la cumbre de Gales de 2014. En dicha cumbre, los miembros se comprometieron a destinar el 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) al gasto en defensa para el año 2024. Actualmente, España está lejos de alcanzar este objetivo. El gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, tenía previsto alcanzar esta meta en 2029, pero, en medio del creciente debate sobre la seguridad europea, ha insinuado que podría adelantar este objetivo, aunque sin proporcionar un calendario específico.
Según declaraciones del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, España supuestamente tiene la intención de alcanzar el 2% este verano, pero Sánchez evitó comprometerse con una fecha concreta durante su comparecencia en el Congreso, reiterando únicamente su compromiso de alcanzarlo antes de 2029.

Migración y posibles aranceles: tensiones subyacentes
La llamada entre Landau y Martínez Belío también abordó la cooperación en materia de migración, un tema en el que el gobierno de Sánchez ha colaborado con la anterior administración de Joe Biden, acogiendo inmigrantes que pretendían viajar a Estados Unidos.
Sin embargo, el resumen de la llamada no menciona un posible conflicto comercial inminente: la imposición de aranceles a España por la compra de petróleo a Venezuela. Esta posibilidad está en manos del secretario de Estado, Marco Rubio. El presidente Trump firmó recientemente un decreto que autoriza a Rubio a imponer, a partir del 2 de abril, un arancel del 25% a los productos importados de países que compran petróleo venezolano, entre ellos España.
Reacciones y próximos pasos
Tras la victoria de Trump en las elecciones, Sánchez felicitó al presidente y destacó la necesidad de fortalecer las relaciones bilaterales y la asociación transatlántica. Sin embargo, el camino parece estar lleno de desafíos, con presiones sobre el gasto en defensa y la amenaza de aranceles.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, tiene previsto asistir a una cumbre informal con la OTAN los días 3 y 4 de abril, donde podría coincidir con Marco Rubio, lo que podría ser la oportunidad para un primer encuentro bilateral. La situación se está desarrollando rápidamente y se está siguiendo de cerca las posibles implicaciones para las relaciones entre España y Estados Unidos.
Antecedentes de las tensiones: la confusión de Trump y los BRICS
Durante su primer día en el cargo, Trump ya había aludido al bajo gasto en defensa de España, cometiendo un error al confundir a España con un país BRICS y amenazándola con aranceles del 100% debido a su confusión. Al ser preguntado sobre el gasto en defensa de países de la OTAN como Francia y España, Trump señaló a España, diciendo que su gasto era «muy bajo». Luego, inexplicablemente, afirmó que España era un país BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), sugiriendo posibles aranceles del 100% sobre el comercio con Estados Unidos si los países BRICS buscaban alternativas al dólar. Este incidente subraya la complejidad y, a veces, la imprevisibilidad de las relaciones entre ambos países. El gobierno español está ahora navegando en aguas turbulentas, tratando de equilibrar las demandas de EE. UU. con sus propias prioridades económicas y de seguridad.
La presión de la administración Trump está generando debate en España sobre la necesidad de aumentar el gasto en defensa, especialmente en un contexto europeo marcado por la inestabilidad y la guerra en Ucrania. Si bien el gobierno español reconoce la importancia de cumplir con los compromisos de la OTAN, también enfrenta presiones internas para invertir en otras áreas prioritarias, como la sanidad, la educación y la transición ecológica. La decisión final sobre el aumento del gasto en defensa dependerá de un complejo equilibrio de factores políticos, económicos y estratégicos.