El origen del caos: una declaración confusa

La jornada en Wall Street del pasado lunes se caracterizó por la incertidumbre y la especulación. Todo comenzó con una respuesta poco precisa de Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, durante una entrevista en Fox News. Hassett fue cuestionado sobre una propuesta de suspender los aranceles durante 90 días para iniciar negociaciones y evitar un «invierno económico nuclear», según Miguel Jiménez (2025) de El País. Su respuesta ambigua, lejos de tranquilizar a los mercados, encendió la mecha de un rumor que se propagaría a la velocidad de la luz.

Según lo reportado por El País (Jiménez, 2025), Hassett respondió a la pregunta sobre la política arancelaria con un «Creo que el presidente va a decidir lo que el presidente va a decidir». Esta evasiva, en lugar de aclarar la postura de la administración Trump, abrió la puerta a interpretaciones erróneas y alimentó la especulación en los mercados.

La chispa en las redes sociales: el rumor se viraliza

El caldo de cultivo perfecto para la desinformación ya estaba sembrado, y no tardó en germinar. Un mensaje en la red social X, proveniente de la cuenta Hammer Capital, distorsionó las palabras de Hassett y las transformó en una noticia explosiva: «HASSETT: TRUMP ESTÁ CONSIDERANDO UNA PAUSA DE 90 DÍAS EN LOS ARANCELES PARA TODOS LOS PAÍSES, EXCEPTO CHINA» (Jiménez, 2025). Este mensaje, publicado a las 10:11 de la mañana, hora de Nueva York, se convirtió en el epicentro de un terremoto financiero.

Aunque el autor del tuit intentó retractarse horas después, argumentando que simplemente estaba repitiendo lo que las mesas de operaciones ya comentaban, el daño ya estaba hecho. La noticia falsa se había propagado entre inversores ávidos de buenas noticias o temerosos de perder posiciones en el mercado. Tal como señala Jiménez (2025), «ese titular y muchos casi idénticos cayeron en las manos de inversores deseosos de buenas noticias (o con miedo a verse atrapados en sus posiciones bajistas) y el efecto fue fulgurante».

La reacción de los mercados: euforia efímera

La respuesta de Wall Street fue inmediata y contundente. En cuestión de minutos, el S&P 500 experimentó un alza vertiginosa, añadiendo aproximadamente 2,5 billones de dólares a su valor. La euforia se apoderó de los inversores, quienes creyeron vislumbrar un posible fin a la guerra comercial que había estado sacudiendo los mercados globales. Sin embargo, esta alegría sería efímera.

La cadena CNBC, junto a Reuters, se hicieron eco del rumor, lo que contribuyó a amplificar aún más su alcance. Según lo informado por Jiménez (2025) en El País, los presentadores de CNBC se mostraban desconcertados, tratando de identificar la causa del repentino cambio de rumbo en el mercado. A las 10:15, la cadena transmitió en vivo la supuesta noticia de la pausa arancelaria. Esta cobertura mediática, aunque involuntaria, reforzó la credibilidad del rumor y alimentó la especulación.

El desmentido y el desplome: vuelta a la realidad

La burbuja estalló cuando la Casa Blanca desmintió categóricamente la información. A través de un mensaje en la red social X, la administración Trump calificó la noticia de la pausa arancelaria como «Equivocado. Noticia falsa». Este desmentido, aunque tardío, puso fin a la breve euforia y desencadenó una rápida corrección en el mercado.

Según Jiménez (2025), operadores como Peter Tuchman de la Bolsa de Nueva York describieron la situación como una «locura». Cuando los inversores se percataron de la falsedad de la noticia, la ola de ventas regresó con fuerza, borrando las ganancias obtenidas durante los minutos de euforia. El S&P 500, que había llegado a subir un 3,4%, volvió a terreno negativo, y las oscilaciones fueron las más bruscas desde marzo de 2020, en los inicios de la pandemia.

Lecciones aprendidas: la importancia de la verificación

Este episodio pone de manifiesto la fragilidad de los mercados financieros y la facilidad con la que pueden ser influenciados por la desinformación. La velocidad con la que se propagó el falso rumor, impulsada por las redes sociales y la cobertura mediática, demuestra la importancia de verificar la información antes de tomar decisiones de inversión. Además, subraya la necesidad de que los portavoces oficiales sean precisos y cuidadosos en sus declaraciones, evitando ambigüedades que puedan ser malinterpretadas por los mercados.

Como concluye Jiménez (2025), este incidente sirvió como un duro recordatorio de la importancia de la verificación y la responsabilidad en la difusión de información en el mundo financiero.