Los inversores se encuentran en vilo ante la inminente asamblea anual de accionistas de Disney, la gigante del entretenimiento. Este encuentro servirá como colofón a una encarnizada campaña de meses, liderada por los inversores activistas Nelson Peltz, con su fondo Trian, y Blackwells Capital Group, quienes aspiran a hacerse con dos puestos en el consejo de administración para impulsar cambios en la gestión de Bob Iger, el veterano ejecutivo de la empresa.

Los movimientos de Peltz

Trian, que posee el 1,8 % de las acciones de Disney, lanzó el otoño pasado la iniciativa Restore the Magic (Que regrese la magia). Esta campaña surgió tras un año en el que las acciones de la empresa alcanzaron su valor más bajo en casi una década. La intención de Trian es colocar a dos personas de su confianza en el consejo: Peltz, con experiencia en compañías como Heinz, DuPont y P&G, y Jay Rasulo, exdirector financiero de Disney entre 2010 y 2015.

La respuesta de Disney

Disney se ha defendido de las arremetidas de Peltz con una costosa campaña, incluyendo una página web con información para orientar a sus accionistas en el proceso de votación. La empresa insta a respaldar a los 12 miembros actuales del consejo, entre ellos su presidente, Mark Parker, quien tomó el relevo de Susan Arnold en 2023, convirtiéndose en la primera mujer en presidir Disney en sus 98 años de historia. Por otro lado, Disney solicita a sus accionistas que no voten a los candidatos propuestos por Peltz o Blackwells.

La incógnita de Rasulo

Jay Rasulo, uno de los candidatos de Trian, abandonó Disney tras no ser ascendido a director general adjunto. The Wall Street Journal apunta a que sus aspiraciones parecen menos sólidas que las de Peltz, quien según el diario podría superar en votos a Maria Elena Lagomasino.

El respaldo a Iger

Según The Wall Street Journal, Bob Iger saldrá reforzado de esta batalla. El medio indica que Iger, cuyo contrato se extiende hasta 2026, cuenta con el apoyo de BlackRock, el segundo mayor accionista de Disney, con una participación de 9500 millones de dólares (un 4,2 % de las acciones). El consejero delegado también cuenta con el respaldo de T.Rowe Price, otra gestora de activos que posee el 0,5 % de los títulos.