La propuesta para reducir la jornada laboral en México a 40 horas semanales genera reacciones encontradas.

Empresarios expresan preocupaciones

El dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Orizaba, Enrique Guillomen Maldonado, manifestó su preocupación por el impacto económico que podría tener esta medida, especialmente en sectores como el turismo, que opera de manera continua.

Guillomen Maldonado señaló que la reforma laboral podría acarrear consecuencias económicas significativas, como el aumento de costos operativos, la pérdida de empleos y el incremento del empleo informal, lo que incluso podría derivar en un riesgo de inflación generalizada.

Por su parte, Héctor Luján, tesorero de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), instó a la cautela, destacando que la propuesta aún no se ha concretado.

Propuesta gradual

La Coparmex y otros grupos empresariales abogan por una implementación gradual de la reducción de la jornada laboral. Ricardo Barbosa, presidente de la Comisión Laboral de la Coparmex, sugirió reducir una hora por año, pasando de 48 a 40 horas semanales en un plazo de ocho años.

Además, proponen que ciertas industrias, como la agroindustrial y la minera, queden exentas de la reducción, dadas sus particularidades.

Postura firme del Partido del Trabajo

El Partido del Trabajo (PT) adopta una postura más firme. Reginaldo Sandoval, coordinador parlamentario del PT, anunció la presentación de una iniciativa para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales sin aplicar un esquema de gradualidad.

Sandoval argumentó que una reducción abrupta es necesaria para alinearse con los estándares internacionales y mejorar el bienestar de los trabajadores.

Beneficios y desafíos

La reducción de la jornada laboral ha sido uno de los compromisos más importantes de la presidenta Claudia Sheinbaum. Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), un 40% de los trabajadores mexicanos ya laboran entre 40 y 48 horas semanales, mientras que el 26% lo hace por encima de las 48 horas, por lo que la reforma podría beneficiar a dos de cada tres trabajadores en el país.

Sin embargo, el desafío radica en lograr un equilibrio que no afecte la competitividad y sostenibilidad de las empresas.