Las posibles repercusiones económicas de la vuelta de Trump

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca a principios de 2025 podría suponer nuevos desafíos para la economía europea, que ya se encuentra en una situación de estancamiento en los últimos años. Sus reiteradas amenazas de aumentar indiscriminadamente los aranceles hacen temer un impacto negativo en la actividad económica, y su credibilidad se sustenta en las acciones similares que llevó a cabo durante su anterior mandato, según advierten expertos en análisis económico y comercio internacional.

Efectos inciertos sobre la inflación

El impacto sobre los precios en la zona euro es más incierto. Si bien no se descarta un repunte de la inflación, dependerá de la intensidad de las represalias adoptadas o de las fluctuaciones de las divisas en los mercados.

La dependencia comercial de Europa

La economía europea se caracteriza por su clara vocación exportadora y un alto grado de apertura, muy superior al de Estados Unidos. El conjunto de relaciones comerciales con el exterior representa el 55% del PIB de la UE, mientras que en EE. UU. apenas alcanza el 25%. Esta dependencia comercial se traduce en balanzas comerciales positivas con la potencia americana año tras año, como los 160.000 millones de euros registrados en 2023. Esta cifra es uno de los argumentos que utiliza Trump para justificar sus amenazas arancelarias.

Amenazas de Trump sobre los aranceles

El Centro de Prospectiva e Información Internacional (CEPII), un instituto francés de investigación en economía internacional, considera muy plausibles las amenazas de Trump en este ámbito. Ya en 2018 y 2019, durante su primer mandato, impuso aranceles al acero y al aluminio, dando lugar a un conflicto que no se ha resuelto con la Administración de Joe Biden. Ahora amenaza con ir mucho más allá al elevar las tarifas aduaneras de forma generalizada hasta el 60% para China y entre el 10% y el 20% para el resto.

Estimaciones del impacto económico

El impacto económico de estas medidas es difícil de predecir. Las instituciones europeas realizan cálculos, pero evitan las especulaciones. Sin embargo, el CEPII ha publicado algunas cifras. A nivel mundial, el golpe podría restar un 0,5% del PIB. Estados Unidos y China podrían sufrir un impacto mayor, mientras que la UE experimentaría un daño menor, aunque también se vería afectada. En este sentido, existe un amplio consenso.

Los economistas del banco japonés Nomura no dudan de que Trump cumplirá su amenaza y elevará los aranceles a Europa un 10%. También sostienen que el impacto será mayor sobre la actividad económica que sobre los precios, más sujetos a otros factores (divisas, mercados, reordenación de exportaciones). No obstante, no cuantifican este impacto.

El Instituto de Economía de Colonia (IW) sí lo hace, cifrando el impacto entre 420.000 y 620.000 millones de euros en un periodo de cuatro años, de 2025 a 2028. Gran parte de este impacto recaería sobre Alemania, con una estimación de entre 127.000 y 180.000 millones de euros, según la economista Salima Sultan, autora del estudio. Sus conclusiones discrepan de las del CEPII francés, afirmando que "los efectos para la UE y Alemania son más graves que para Estados Unidos".

Dependencia de las respuestas de otros países

Muchos de estos efectos dependen de las respuestas de las autoridades europeas o chinas ante las acciones de Trump. Esto explica las amplias horquillas en las estimaciones del IW. Por ejemplo, el director global de Investigación Macroeconómica de ING, Carsten Brzeski, prevé que "si Trump impone aranceles a los productos chinos, China intentará desviar las exportaciones a la UE". "Dado que la economía china está debilitada, existe un incentivo adicional para que China intente salir así de su lento crecimiento. [Y en ese caso] yo esperaría que Europa reaccionara con un proteccionismo adicional frente a China".

Posibles respuestas de la UE

Por ello, los analistas prestan gran atención a la respuesta que dará la Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen. También el ámbito político observa atentamente la situación. "Es fundamental modular la reacción. Hay que ser cauteloso, no se puede dar una respuesta indiscriminada", afirma Fernando Navarrete, eurodiputado español del Partido Popular y miembro de la Comisión de Economía y Finanzas de la Eurocámara.

Ignacio García Bercero, ex alto cargo de la dirección general de Comercio de la Comisión Europea e investigador de Bruegel, el principal instituto de estudios de Bruselas, confía en que la reacción a un aumento de aranceles en Washington será contenida desde Europa: "La UE no va a tener una respuesta indiscriminada. Puede haber una respuesta amplia, pero no hasta el punto de hacerse daño a sí misma". García Bercero, que fue responsable de las relaciones comerciales con Estados Unidos durante la primera administración de Trump, recomienda "estar preparados". "Existen diferentes escenarios en los que se puede responder y negociar: más compras de gas natural licuado, ya que todavía se importa mucho de Rusia. Europa va a aumentar el gasto en Defensa y no parece que pueda producir todo lo que va a demandar. También ahí hay margen a corto plazo. Los automóviles son otro punto en el que se puede negociar sin llegar a alinearse con la posición contraria a China", señala García Bercero, que acaba de publicar un extenso artículo sobre las posibles respuestas desde Bruselas.

El "hombre arancel" ya ha dejado claro que está considerando algunas de las alternativas que plantea este exfuncionario europeo: en diciembre lanzó un ultimátum afirmando que si la UE no compra más combustible a Estados Unidos, cumplirá su amenaza.

El eurodiputado Navarrete pide ahondar en una línea ya apuntada en diciembre: los acuerdos comerciales con otras áreas comerciales. "El acuerdo con Mercosur debe leerse en clave de búsqueda de nuevos socios y mercados, quizás un anticipo de cómo Europa va a responder ante la deriva proteccionista de otros actores". Antes incluso de que Trump tome posesión, la Comisión parece haberle escuchado, ya que este pasado viernes se firmó el pacto que renueva y profundiza el acuerdo estratégico con México. Navarrete señala que no es fácil que la UE pase de ser la zona económica más abierta del mundo a otro modelo: "Europa es una economía especialmente orientada a la exportación. Cambiar de modelo no es fácil, ni rápido, ni gratuito. Se puede hacer, pero los costes de transición son elevados".