Los bancos declaran la guerra a la Reserva Federal por las pruebas de estrés

Los grupos de presión del sector bancario de Estados Unidos han presentado una demanda contra la Reserva Federal por el marco de las pruebas de estrés del banco central, una importante escalada entre la industria y los reguladores.

El anuncio se produce un día después de que la Fed anunciara planes para "cambios significativos" en sus pruebas de estrés anuales para los grandes bancos estadounidenses en un esfuerzo por hacer que el proceso sea más transparente y los resultados menos volátiles.

"Apreciamos el anuncio de la junta como un primer paso hacia la transparencia y la rendición de cuentas, pero creemos que es necesario presentar esta demanda para preservar nuestros derechos legales", dijo Greg Baer, presidente y jefe del grupo de la industria Bank Policy Institute (BPI), uno de los cinco demandantes en el caso. Es la primera queja legal que BPI presenta contra la Fed.

La Reserva Federal declinó hacer comentarios.

La demanda, presentada en un tribunal federal de Ohio, se produce antes de lo que los grupos de presión dijeron que era una fecha límite cercana en febrero para presentar una impugnación judicial a algunas de las reglas de las pruebas de estrés. También refleja un enfoque más agresivo en los últimos años por parte de la industria bancaria estadounidense. En 2023 y 2024, los grupos de presión emprendieron una combativa campaña publicitaria contra la implementación propuesta por la Fed de nuevas reglas de capital, la llamada Fase Final de Basilea III, y los grupos de presión habían amenazado con presentar demandas.

Desde entonces, la Reserva Federal ha reducido sus planes para el Final de Basilea III, y se prevé que la administración entrante de Donald Trump influya en el resultado.

La industria ahora apunta a las pruebas de estrés, un examen anual para ver qué tan bien pueden soportar los bancos más grandes de Estados Unidos, incluidos JP Morgan Chase, Goldman Sachs y Bank of America (BofA), una serie de escenarios económicos catastróficos.

La prueba más reciente analizó cómo los bancos manejarían una caída del 40% en los precios de los bienes raíces comerciales y una disminución del 36% en los precios de las viviendas.

El banco central estadounidense utiliza los resultados para calcular los requisitos generales de capital bancario que pueden usarse para absorber pérdidas.

Las pruebas de estrés desempeñaron un papel importante para restaurar la confianza en el sector bancario después de la crisis financiera de 2008; sin embargo, desde hace algún tiempo han recibido críticas debido a la falta de transparencia sobre los modelos que se utilizan durante el proceso y la volatilidad de los resultados cada año.

En la demanda, los grupos bancarios especificaron que no se oponen a la realización de las pruebas anuales de estrés por parte de la Reserva Federal, pero presionan para que el banco central ofrezca una mayor visibilidad del proceso y los modelos que utiliza para proyectar las pérdidas bancarias.

Los grupos destacaron que los cambios propuestos por la Reserva Federal al marco de las pruebas de estrés pueden abordar las preocupaciones de la industria, pero afirmaron que la presentación de la demanda tiene como objetivo mantener abiertas sus opciones.

Los bancos estadounidenses tienen como objetivo que cualquier cambio en las pruebas anuales de estrés que se logre con esta demanda esté implementado para el ciclo 2026.

La mayor parte de la demanda de los bancos se presentó bajo la Ley de Procedimiento Administrativo, que estipula cómo las agencias gubernamentales crean y hacen cumplir las reglas. Un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos a principios de este año limitó la libertad de las agencias para la elaboración de normas.

Los bancos estadounidenses buscan exigir a la Reserva Federal que publique sus modelos y escenarios de pruebas de estrés, y que permita la notificación pública y los comentarios sobre los modelos para procesos futuros.