Vodafone ultima un ERE con 667 bajas voluntarias, un 75% del total previsto
La cifra de despidos forzosos podría elevarse a 231
Vodafone España ha recibido 548 solicitudes para su salida voluntaria en el expediente de regulación de empleo (ERE) pactado entre empresa y sindicatos, mientras que otros 119 empleados se han acogido a la oferta de prejubilaciones lanzada por la compañía en el marco de este ERE. En consecuencia, un total de 667 personas abandonarán en los próximos días la plantilla de la operadora de telecomunicaciones de forma voluntaria, un 75% sobre las 898 salidas previstas en el ERE, por lo que la empresa tendrá que recurrir al despido forzoso de 231 trabajadores.
La cifra de despidos forzosos puede elevarse aún más puesto que la dirección de Vodafone España se ha reservado su derecho de veto sobre las salidas voluntarias, aunque ya advirtió en la negociación del ERE que aplicará esa condición solo en casos estrictamente necesarios para la operatividad de la compañía.
La dirección y los principales sindicatos (UGT, CC OO y STC) pactaron el pasado 15 de julio las condiciones del ERE que supondrá la salida de 898 trabajadores, frente a la propuesta inicial de la empresa de 1.198. La compañía mejoró además la indemnización para los trabajadores afectados, que quedó fijada en entre 45 y 33 días de salario por año trabajado con un límite de 24 mensualidades. Además, aceptó la puesta en marcha de un sistema de prejubilaciones para aquellas personas nacidas a partir de 1967 con 10 años de antigüedad.
El mal momento del sector
Sin embargo, no se han cubierto las bajas previstas de forma voluntaria porque, pese a que las condiciones son muy similares a las del anterior ERE de 2021, en el ánimo de muchos trabajadores han pesado las escasas expectativas de encontrar un nuevo puesto de trabajo dado el mal momento que atraviesa el sector de las telecomunicaciones, según fuentes sindicales.
Y es que gran parte de las empresas con cuota significativa en el mercado como Telefónica, Avatel, Finetwork o la propia Vodafone han emprendido recientemente reducciones importantes de plantilla. Masorange es la única que, tras la fusión, no ha tomado aún ese camino como vía de ajuste de costes pero los sindicatos temen que a la vuelta del verano la empresa aplique una fuerte reducción de plantilla para poder competir con sus rivales.
También las empresas externas de atención al cliente o call center, un gran nicho de puestos de trabajo, han aplicado severos recortes de empleo.
El alto nivel de endeudamiento del sector
Otro de los graves problemas por los que atraviesa el sector es su alto nivel de endeudamiento. Las firmas alternativas como Digi, Finetwork o Avatel ya han vendido a terceros sus limitadas redes de fibra óptica para afrontar sus planes de expansión. Ahora les toca el turno a los grandes operadores, los que disponen de más infraestructuras propias.
Los más acuciados son Masorange y Vodafone España debido al alto apalancamiento que sufren por las operaciones corporativas que han afrontado recientemente. El primero porque, tras acometer la fusión entre MásMóvil y Orange, ha elevado su deuda hasta casi los 13.000 millones de euros. Y, el segundo, porque aunque el fondo Zegona compró la operadora al grupo británico por 5.000 millones de euros, apenas aportó fondos propios en la operación y tuvo que recurrir a préstamos para financiarla.
Vodafone y Masorange unen fuerzas
En este contexto, Masorange y Vodafone han unido fuerzas con el objeto de crear una sociedad conjunta que integre sus redes de fibra óptica. El objetivo final es vender a inversores institucionales (fondos de inversión y de pensiones) hasta el 40% de esa sociedad por un valor de entre 1.500 y 2.000 millones de euros.