Los ácidos grasos omega-3: Protectores del cerebro contra el deterioro cognitivo

La incorporación de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 en nuestra dieta habitual contribuye a mejorar la capacidad del cerebro para utilizar la glucosa, esencial para su funcionamiento. Esta mejora de la función cerebral podría desempeñar un papel en la prevención de la demencia asociada al alzhéimer, tal y como ha demostrado un estudio conjunto del BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC) y el Instituto de Investigación del Hospital del Mar.

El metabolismo de la glucosa y la enfermedad de alzhéimer

El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la acumulación de proteínas amiloide y tau en el cerebro. Estas proteínas forman placas y ovillos que interrumpen la comunicación entre las neuronas y provocan la muerte celular. Una de las primeras alteraciones que se producen en el cerebro de las personas con alzhéimer es la dificultad para metabolizar la glucosa, el principal combustible del cerebro.

El papel de los ácidos grasos omega-3

Los ácidos grasos omega-3 son ácidos grasos esenciales, es decir, nuestro cuerpo no puede producirlos por sí mismo y debemos obtenerlos a través de la dieta. Los omega-3 tienen un papel fundamental en el correcto funcionamiento de los receptores necesarios para la captación de glucosa en el cerebro. Se incorporan a las membranas celulares y facilitan que las neuronas puedan seguir utilizando la glucosa. Por lo tanto, incorporar estos ácidos grasos a nuestra dieta puede ser beneficioso para tener un cerebro resistente a los cambios que se producen antes de la aparición de la enfermedad de alzhéimer.

Fuentes de ácidos grasos omega-3

Existen dos tipos principales de ácidos grasos omega-3: los de origen vegetal y los de origen marino. Los omega-3 de origen vegetal se encuentran en alimentos como los frutos secos, las semillas de lino y los aceites de canola y soja. Los omega-3 de origen marino se encuentran en pescados grasos como el salmón, la dorada, la sardina, la caballa, el atún y el rape.

Recomendaciones para incorporar omega-3 a la dieta

Para mantener niveles adecuados de omega-3 en sangre y prevenir el deterioro cognitivo, se recomienda incluir en la dieta alimentos ricos en estos ácidos grasos. Según una investigación de 2022, se aconseja consumir unos 15 gramos de nueces o una cucharadita de aceite de oliva al día. En el caso de los pescados grasos, se recomienda consumirlos al menos dos veces por semana.

Los ácidos grasos omega-3 son un nutriente esencial que desempeña un papel fundamental en la salud cognitiva. Incorporar alimentos ricos en estos ácidos grasos a nuestra dieta puede ayudar a mejorar la función cerebral y prevenir el deterioro cognitivo asociado al alzhéimer.