El menú del día: ¿Un placer culpable o un hábito poco saludable?
El clásico menú del día, que se ofrece en bares y restaurantes de España, es un pilar de la hostelería del país: primer plato, segundo plato, postre y/o café, además de bebida y pan blanco. Algunos establecimientos añaden un entrante, lo que puede sumar hasta cuatro platos.
Es el "menú de toda la vida". Sin embargo, a menudo no se corresponde con lo que comeríamos en casa, ni tampoco es la opción más saludable para el día a día. De hecho, una comida de mediodía compuesta por un solo plato (o "dos" si contamos el postre), como recomienda la Universidad de Harvard con su método del plato, sería perfectamente saludable y saciante.
¿Por qué decimos adiós al menú del día?
El consumo diario del "menú del día" en los bares no suele ser recomendable. Es cierto que no todos los establecimientos son iguales, y cada vez tienen más en cuenta los criterios nutricionales para planificar sus menús.
Aunque un solo plato puede ser completo y saludable, es aconsejable evitar los "platos combinados" con guarniciones habituales de patatas fritas y escasas verduras. Cuidado con esto.
El menú del día: Una tradición en declive
El menú del día fue una de las tradiciones gastronómicas más arraigadas en España. Cada provincia o comunidad tenía su propio estilo, con clásicos como lentejas, potajes y demás, basados en ingredientes frescos y no en ultraprocesados, y guisos en lugar de fritos como es la norma hoy en día.
Comer fuera de casa implica ingerir muchas más calorías de lo habitual. No es habitual servir primero, segundo y postre a diario en un hogar medio, y esto en última instancia supone comer en exceso.
Un estudio publicado en The BMJ reveló que el 94% de los menús de bares y restaurantes contienen al menos 600 kcal, el máximo recomendado por el sistema de salud del Reino Unido para una comida o cena.
¿Qué hay de las alternativas saludables?
Aunque existen locales que ofrecen alternativas más saludables, tenemos los postres. Que sean "caseros" no siempre significa que sean mejores: las natillas, el arroz con leche, los brownies, las tartas o los helados son platos ricos en azúcares libres, que deben reservarse para un consumo ocasional.
La mejor alternativa, como no podría ser de otra forma, sería pedir fruta como postre. Como opción alternativa, el yogur, siempre natural o griego, sin azúcares añadidos, saborizantes ni edulcorantes.