Desmitificando la congelación: Alimentos congelados y su valor nutricional
Durante años, ha existido la creencia de que los alimentos congelados son inherentemente inferiores en calidad nutricional a sus contrapartes frescas. Esta percepción está cambiando, ya que la ciencia está demostrando que, en muchos casos, los productos congelados pueden ser tan nutritivos, o incluso más, que los frescos. El artículo de Yolaisi García (El Imparcial, 2025) arroja luz sobre esta transformación en la percepción pública.
La ciencia detrás de la congelación
La clave reside en el proceso de congelación. Los vegetales y frutas destinados a la congelación se cosechan en su punto óptimo de maduración, cuando su contenido de nutrientes es más alto. Inmediatamente después de la cosecha, se someten a un proceso de congelación rápida, que ayuda a preservar las vitaminas y minerales. Este proceso minimiza la pérdida de nutrientes, que es inevitable en los productos frescos que se transportan y almacenan durante períodos prolongados.
Caroline Thomason, dietista radicada en Washington D.C., señala que la creencia popular de que los alimentos congelados son menos nutritivos debido a un mayor procesamiento es errónea. De hecho, el proceso de congelación, que incluye el escaldado y el envasado rápido en atmósfera de nitrógeno, ayuda a proteger los nutrientes de la degradación.
Kylie Sakaida, autora del libro «So Easy, So Good», refuerza esta idea, afirmando que «la congelación retiene los nutrientes, por lo que todas las vitaminas y antioxidantes permanecen estables durante mucho tiempo» (como se cita en García, 2025). Esto significa que los alimentos congelados pueden ser una fuente confiable de nutrientes esenciales, incluso meses después de su cosecha.
Ventajas adicionales de los alimentos congelados
Además de su valor nutricional, los alimentos congelados ofrecen otras ventajas significativas:
- Accesibilidad económica: Los productos congelados suelen ser más baratos que los frescos, lo que los convierte en una opción atractiva para presupuestos ajustados.
- Mayor vida útil: La congelación prolonga la vida útil de los alimentos, lo que reduce el desperdicio.
- Contribución a la sostenibilidad: Al reducir el desperdicio de alimentos, los congelados contribuyen a mitigar el impacto ambiental.
El papel de los productos frescos
Esto no significa que los productos frescos carezcan de valor. Los productos de mercados agrícolas locales, cosechados recientemente, pueden tener una mayor densidad de nutrientes debido a prácticas agrícolas más sostenibles y a la menor manipulación. Sin embargo, es crucial considerar que muchos productos frescos que se encuentran en los supermercados se cosechan antes de alcanzar su madurez completa, lo que puede resultar en una menor concentración de nutrientes al llegar al consumidor.
Procesamiento: Un término malinterpretado
Es importante comprender que el término «procesado» no siempre implica una disminución en la calidad nutricional. El Departamento de Agricultura de EE.UU. define como «procesado» cualquier alimento que haya sido alterado de su estado natural, incluyendo la congelación, el corte o la cocción. Sin embargo, el sistema NOVA, una clasificación de alimentos según su grado de procesamiento, incluye a los productos congelados dentro del grupo de alimentos mínimamente procesados, junto con los productos frescos.
Sakaida resume este punto de vista, enfatizando que «hay muchos mensajes basados en el miedo que simplifican en exceso la alimentación saludable. Eso puede llevar a comportamientos insostenibles» (como se cita en García, 2025). La clave, según los expertos, reside en la variedad y en la elección de alimentos que se adapten a las necesidades y circunstancias individuales.
Integrando frescos y congelados en una dieta equilibrada
La recomendación general es adoptar un enfoque equilibrado, incorporando tanto productos frescos como congelados en la dieta. Como señala Sakaida, «Yo los utilizo todos... No creo que [los congelados] deban verse como inferiores, simplemente tienen usos diferentes» (como se cita en García, 2025).
Thomason concluye que lo fundamental es alejarse de la mentalidad del «todo o nada» y celebrar el consumo de productos, independientemente de si son frescos o congelados. Al final, lo más importante es priorizar la ingesta de frutas y verduras en sus diversas formas, para así aprovechar al máximo sus beneficios nutricionales.
Referencias
García, Y. (2025, 8 de abril). Derribando mitos los productos congelados también son buenos para tu salud. El Imparcial. Recuperado de https://www.elimparcial.com/locurioso/2025/04/08/derribando-mitos-los-productos-congelados-tambien-son-buenos-para-tu-salud/