Un amanecer desolador tras las inundaciones en Alfafar

Tras la trágica tormenta que ha azotado la provincia de Valencia, el polígono comercial de Alfafar presenta un panorama desolador. El aparcamiento del centro comercial se ha convertido en una piscina de coches, mientras que el interior del supermercado se ha transformado en un bazar improvisado para los más necesitados.

Saqueos y desesperación

A medida que amanece, personas desesperadas se acercan al polígono en busca de comida, agua y otros artículos de primera necesidad. La Guardia Civil y la Policía Nacional patrullan la zona para evitar los saqueos, pero es una misión casi imposible. Los detenidos ya alcanzan la cincuentena y el caos reina en el ambiente.

Uno de los afectados, José Manuel Caballero Lita, empleado de un concesionario, describe la devastación que encontró al llegar a su lugar de trabajo: "No entiendo nada. El agua superó los dos metros de altura y lo ha destrozado todo".

También hay quienes, como Maribel Pérez, buscan desesperadamente comida para sus mascotas: "No encuentro nada para mi perro. ¡Es terrible!".

Doce caballos atrapados

Además de los daños materiales, las inundaciones también han afectado a los animales. En un camión varado, el veterinario José Luis atiende a doce caballos de polo que llevan atrapados desde el martes. "Estamos al borde de que aparezcan los primeros cólicos. Necesitan ayuda urgente".

El dolor de los damnificados

Detrás de la barra de su bar, Georgina Tapia intenta olvidar el horror que ha vivido: "Trabajo para no pensar. Es imposible expresar todo lo que hemos pasado".

Mientras tanto, los vecinos intentan reponerse del golpe. Francisco Pérez, un jubilado de 64 años, camina por la carretera en busca de pan: "No aguanto un día más sin comer".

Las inundaciones han dejado tras de sí un panorama desolador y una provincia herida. Los vecinos de Alfafar y los cientos de damnificados necesitan ayuda para afrontar esta tragedia y reconstruir sus vidas.