El presidente valenciano, Carlos Mazón, mueve ficha para reforzar su Gobierno ante las críticas por la gestión de la dana

En medio de fuertes cuestionamientos por su gestión de la crisis provocada por las inundaciones de octubre, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha iniciado una serie de cambios en su Gobierno.

El primer movimiento ha sido el nombramiento de Susana Camarero, actual vicepresidenta y consejera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, como nueva portavoz del Ejecutivo autonómico. Camarero, quien ha sido un firme apoyo de Mazón en los últimos días, se encargará de la comunicación del Gobierno valenciano a partir de ahora.

Además del cambio de portavoz, Mazón también planea cesar a Salomé Pradas, consejera de Interior y Justicia, y a Nuria Montes, consejera de Industria. Ambas consejeras han sido criticadas por su gestión de la emergencia provocada por las inundaciones.

Se espera que los cambios anunciados por Mazón sean solo el inicio de una serie de modificaciones en su Gobierno. El presidente valenciano ha creado una nueva vicepresidencia para la reconstrucción de la zona afectada por las inundaciones, y se baraja la posibilidad de que Camarero asuma este cargo.

Los cambios en el Gobierno valenciano se producen en un momento en el que Mazón se enfrenta a numerosas críticas por su gestión de la crisis de las inundaciones. El presidente ha sido acusado de falta de coordinación, de tardanza en la respuesta y de no haber tomado las medidas necesarias para prevenir la catástrofe.

Las inundaciones de octubre provocaron la muerte de al menos 218 personas y causaron daños materiales por valor de miles de millones de euros. El Gobierno valenciano ha presupuestado 200 millones de euros para la reconstrucción de la zona afectada, pero ha pedido al Gobierno central que aporte más de 31.000 millones de euros.

Los cambios en el Gobierno valenciano son un intento de Mazón de recuperar la confianza de los ciudadanos y de mejorar la gestión de la crisis de las inundaciones. Sin embargo, queda por ver si estas medidas serán suficientes para aplacar las críticas y evitar que la crisis política se agrave aún más.

— Manuel Viejo y María Fabra, El País