Desalojan a una familia de su vivienda en Bravo Murillo tras un intento fallido de los vecinos por impedirlo

Madrid, 3 de febrero de 2023 - Este lunes, agentes de la policía municipal y nacional han desalojado a una familia de su vivienda en el número 207 de la calle Bravo Murillo, en el distrito de Tetuán, después de que los vecinos trataran sin éxito de impedir el lanzamiento.

Vecinos y activistas intentan impedir el desahucio, pero la policía logra entrar

Alrededor de las diez de la mañana, unos 20 agentes, entre policía municipal y nacional, han logrado ejecutar el desahucio de Alam y su familia, casado y con tres hijos de 6, 8 y 11 años. Unos 40 vecinos y militantes de la Organización por la Vivienda de Tetuán han tratado de impedir el lanzamiento agolpándose frente a la puerta del portal desde antes de que saliera el sol, pero la policía ha acordonado la calle y, finalmente, ha logrado tumbar la puerta del domicilio de Alam.

Junto a Alan han sido desalojados los activistas que han pasado la noche con él en el piso “al grito de Tetuán no se vende, Tetuán se defiende”. Una hora después, sus muebles estaban en la calle.

La nueva propietaria dobla el alquiler, obligando a la familia a abandonar su hogar

La familia vivía ahí desde 2020, pero en 2022 la propiedad cambió de dueño. La nueva propietaria, residente en Suiza, compró el piso a la Sareb mediante subasta pública y decidió doblar el alquiler a la familia, de 700 a 1.300 euros.

Cuando Alam alquiló aquel piso en 2020 a través de una agencia inmobiliaria, desconocía que se encontraba en una situación de ejecución hipotecaria. La parte ejecutante era la Sareb, el banco malo.

Alam, que trabaja en un almacén, está de baja laboral y, a pesar de intentar negociar un nuevo precio del alquiler, la casera se opuso. El juzgado ha considerado nulo el contrato que hasta entonces tenía la familia debido a que la vivienda estaba bajo la amenaza de una ejecución hipotecaria.

“La nueva propietaria, residente en Suiza, compró el piso a la Sareb mediante subasta pública y decidió doblar el alquiler a la familia, de 700 a 1.300 euros.”

Jacobo García, El País