Explorando Luarca: Un destino asturiano que lo tiene todo

Ubicada en la costa occidental de Asturias, Luarca, conocida como «la Villa Blanca de la Costa Verde», está atrayendo a más visitantes que buscan paisajes impresionantes, rica gastronomía y una conexión profunda con la naturaleza. Según Ángela Rico, periodista de El País, este antiguo puerto ballenero está ofreciendo una experiencia inolvidable que combina historia, cultura y belleza natural (Rico, 2024).

Un cementerio con vistas al Cantábrico

Uno de los puntos más emblemáticos de Luarca es su cementerio, situado en el promontorio de La Atalaya. Este lugar no solo está destacando por sus monumentos funerarios, sino también por su ubicación privilegiada sobre el mar Cantábrico. Los visitantes están encontrando en este camposanto un espacio de reflexión y admiración, donde la historia y la belleza se fusionan. Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina y uno de los luarqueses más ilustres, está descansando aquí, añadiendo un valor histórico significativo.

El Cambaral y la Mesa de Mareantes: Historia viva

Descendiendo hacia el puerto, los viajeros están descubriendo la Mesa de Mareantes, un monumento que conmemora las reuniones del gremio de marineros. Aquí, las decisiones cruciales sobre la pesca están tomando forma, marcando el ritmo de la vida marítima de Luarca. Catorce paneles de cerámica de Talavera están narrando la historia de la villa desde el siglo IX al XIX, sumergiendo a los visitantes en un viaje a través del tiempo. El Cambaral, el antiguo barrio de pescadores, está invitando a perderse por sus empinadas escaleras y casas blancas, disfrutando del auténtico ambiente marinero.

Gastronomía local: Sabores del Cantábrico

El puerto de Luarca, con su forma de concha, está recibiendo a las barcas preparadas para la pesca del calamar, la merluza y el pixín (rape). Estos manjares se están degustando en las animadas terrazas, bares y sidrerías del muelle. En La Montañesa del Muelle, Eugenio Fernández está ofreciendo a sus comensales la especialidad de la casa: caballa en escabeche. «Aunque se demandan mucho los pescados de la zona, nuestra especialidad es la caballa en escabeche», comenta Fernández. Además, el restaurante está acogiendo a peregrinos del Camino de Santiago durante todo el año.

Playas escondidas y naturaleza exuberante

Luarca está contando con tres arenales urbanos: Primera, Segunda y las Salinas. En los alrededores de la villa, playas casi desiertas están esperando a ser descubiertas, como Barayo y Otur. Sin embargo, es importante tener precaución con las corrientes. A menos de cinco kilómetros, el bosque-jardín de La Fonte Baxa está ofreciendo una experiencia única. Con una extensión de 10 hectáreas, este jardín botánico está albergando variedades de plantas de todo el mundo. La cercanía al mar está creando un ambiente mágico, donde se puede escuchar el sonido de las olas mientras se pasea entre árboles exóticos.

La Fonte Baxa: Un jardín de ensueño

José Rivera, creador de Panrico, y su esposa, Rosa María Pardo, fueron los fundadores de La Fonte Baxa. Hoy, Beltrán Pedregal Pardo y su pareja, Elena Olay, están promocionando este espacio. «Hemos creado una marca para dar a conocer los productos asturianos, tenemos velas hechas con cera de abeja, miel, aceite de camelias del jardín y cerámica asturiana del rayu», explica Beltrán. Los visitantes están sumergiéndose en un jardín con rododendros, azaleas, hayas, araucarias y camelias, mientras disfrutan de las vistas al Cantábrico.

El recorrido está adornado con fuentes, esculturas y elementos arquitectónicos de diversas procedencias. Beltrán está invitando a los visitantes a pedir un deseo en el «hueco de los deseos», creyendo en la energía acumulada en el jardín. La entrada cuesta cinco euros o diez con visita guiada, una experiencia que vale la pena para descubrir la historia y el significado de cada rincón.

Cabo Busto y la pastelería artesanal

A pocos minutos en coche de Luarca, el cabo Busto está destacando con su faro construido en 1858. Una senda costera de 18 kilómetros está permitiendo acceder a este lugar con vistas espectaculares al Cantábrico. Cerca de allí, en el pueblo de Busto, la pastelería Cabo Busto está atrayendo a los amantes del dulce. Jhonatan González está preparando pasteles artesanales con frutas de temporada. «Yo hago los pasteles que a mí me gustaría comer», afirma González, ofreciendo delicias como chocolate, avellana, queso y pistacho a precios asequibles.

Referencias