El Gobierno interviene de facto a la Comunidad Valenciana y reivindica el papel del Estado

El Gobierno español ha dado un giro a su estrategia en la gestión de la crisis provocada por las inundaciones en la Comunidad Valenciana, aumentando su presencia y asumiendo de facto las competencias de la administración autonómica.

Cambio de estrategia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha ordenado multiplicar la presencia del Estado en las zonas afectadas, desplegando hasta 18.000 empleados públicos, entre militares, policías, técnicos especializados y forenses, con casi 4.000 vehículos. El objetivo es tomar el control de la situación y demostrar que "no es el pueblo el que salva al pueblo, sino el Estado".

Preocupación por el discurso anti-Estado

En La Moncloa preocupa especialmente el discurso anti-Estado que están difundiendo algunos influencers y representantes de la ultraderecha, quienes afirman que el Estado no funciona y que ellos ayudan más con las donaciones que han acumulado.

Respuesta del Gobierno

El Gobierno confía en que, con el despliegue de toda la potencia del Estado, se demostrará la realidad de la situación. "Pueden llevar un camión con ayuda, pero eso lo distribuye el Ejército en una hora. ¿Cuántos kilómetros de red eléctrica ha recuperado Desokupa o Alvise? ¿Cuántos kilómetros de carreteras o red ferroviaria? ¿Cuántas depuradoras?", se pregunta un miembro del Ejecutivo.

Exhibición de la potencia del Estado

El cambio de estrategia del Gobierno se ha traducido en una exhibición de todas las maneras posibles de la potencia del Estado y su cercanía con los afectados. Los ministros están presentes a diario en la zona, y se realizan comparecencias diarias de técnicos que explican las acciones que se están llevando a cabo.

Intervención de facto

Aunque el Gobierno sigue respetando las competencias de la Generalitat Valenciana, de facto la ha intervenido, asumiendo la visibilidad, poniendo los medios más relevantes y destinando ayudas por valor de 10.600 millones de euros.

Polémica sobre la gestión de la crisis

Mientras tanto, la Generalitat se enreda en las distintas versiones sobre lo que hicieron su presidente, Carlos Mazón, y la consejera de Interior en la jornada en la que murieron más de 200 personas. Esto ha generado críticas por la falta de coordinación y la sensación de que la administración autonómica no ha estado a la altura de las circunstancias.

Duda sobre la percepción ciudadana

El Gobierno confía en que los ciudadanos percibirán positivamente el cambio de estrategia y la intervención de facto de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, aún está por ver si el malestar generado por la tragedia se vuelca también contra el Ejecutivo central.