La batalla entre Alfredo del Mazo y Alejandro Moreno en el PRI: acusaciones y expulsiones
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encuentra sumido en una crisis interna tras la expulsión de Alfredo del Mazo, exgobernador del Estado de México. Del Mazo calificó su expulsión como un "acto de provocación" y acusó a Alejandro Moreno, dirigente del PRI, de no representarlo ni a la mayoría de los integrantes del partido.
Moreno respondió a las acusaciones de Del Mazo en una carta en la que le "echó en cara" al exgobernador que el PRI hizo "esfuerzos extraordinarios" para ayudarle a ganar la gubernatura del Estado de México, pero que "su clara intención era seguirte inclinando al poder de Palacio Nacional".
Moreno acusó a Del Mazo de "entregar la elección del Estado de México sin pelear como un militante del PRI" y señaló que "la historia te juzgará severamente".
Por su parte, Del Mazo descalificó a Moreno y aseguró que es "un personaje nocivo que ha perdido toda calidad moral dentro y fuera del partido".
La polémica ocurre a tan solo tres días de que Alejandra del Moral, excandidata al gobierno del Edomex, renunciara al PRI y se integrara al equipo de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Reacciones encontradas entre los militantes del PRI
La expulsión de Alfredo del Mazo ha generado reacciones encontradas entre los militantes del PRI. Algunos apoyan la decisión del partido, mientras que otros consideran que es una medida injusta.
Quienes apoyan la expulsión de Del Mazo argumentan que el exgobernador traicionó los principios del PRI al aliarse con el gobierno federal y al entregar la gubernatura del Estado de México a Morena.
Por su parte, quienes se oponen a la expulsión de Del Mazo consideran que es una medida injusta y que debilita al PRI. Argumentan que Del Mazo es un político experimentado y que su expulsión deja al partido sin un líder fuerte.
El futuro del PRI
La expulsión de Alfredo del Mazo y las acusaciones cruzadas entre él y Alejandro Moreno ponen en duda el futuro del PRI. El partido se encuentra dividido y enfrenta una crisis de liderazgo.
El PRI necesita encontrar una manera de superar esta crisis y recuperar la confianza de sus militantes y votantes. De lo contrario, enfrenta el riesgo de desaparecer del mapa político mexicano.