El PSOE entra en modo renovación. La convocatoria del 41º Congreso Federal del PSOE este otoño es una opción que los socialistas han manejado en los últimos meses (entra dentro del periodo ordinario, en el último año de mandato), pero todas las decisiones en el partido quedaron congeladas por el adelanto de las elecciones catalanas y las negociaciones para investir a Salvador Illa.
Las prioridades del PSOE
Culminada esa hoja de ruta, Pedro Sánchez pulsa el botón interno y desvía los focos de la Moncloa a Ferraz en un otoño en el que la actividad legislativa del Ejecutivo está condicionada por los procesos internos de sus socios catalanes (Junts y ERC celebran sus congresos en octubre y noviembre, respectivamente). El futuro de la legislatura, de nuevo, está pendiente de cómo se resuelvan esos cónclaves.
Mientras, el secretario general del PSOE propiciará el cierre de filas en torno a su liderazgo y el fortalecimiento territorial del partido, un objetivo inaplazable para muchos en el PSOE. Sánchez pone al PSOE a trabajar en clave interna, en un contexto en el que los propios socialistas admiten la complejidad de aprobar en estos meses los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025 en tiempo y forma.
El Gobierno, pese a todo, ha trasladado la intención de enviarlos al Congreso en las próximas semanas. Si se cumplen los peores pronósticos para el Ejecutivo y las cuentas fracasan, hay coincidencia en el equipo del presidente en que habrá una nueva prórroga y Sánchez no optará por el adelanto de las elecciones generales. De hecho, repiten en el PSOE que los presupuestos en vigor dan margen (económico) para ello.
Otra cosa es el relato político, eso no lo niegan en privado algunos miembros del Gobierno y de la dirección socialista, pero Sánchez aprovechará para dar un revulsivo al PSOE y dejar los deberes hechos para lo que venga. Las elecciones más relevantes en el horizonte para el PSOE son las andaluzas que, como tarde, han de celebrarse en junio de 2026.
El foco en Andalucía
El propio líder socialista expresó en la reunión de la Ejecutiva posterior a los comicios europeos la necesidad de reforzar al PSOE en algunos territorios y citó expresamente Andalucía y la Comunidad de Madrid, sin hacer referencia a sus líderes, pero sí como federaciones que no rinden al nivel que necesitan para acabar con las mayorías absolutas del PP. La prioridad es Andalucía.
Cerrado el ciclo electoral con las europeas, la orden de la Moncloa a los ministros fue que se centraran en esa comunidad. Eso han intentado en este tiempo aunque la agenda política nacional no ha favorecido esta estrategia. Los socialistas andaluces recibieron el balón de oxígeno del amparo del Tribunal Constitucional a los condenados en la pieza política del caso de los ERE, pero el pacto del PSC y ERC para aprobar una financiación singular para Cataluña ha desconcertado a muchos en el partido, conscientes del margen que da al PP para alimentar el discurso del agravio y el maltrato a Andalucía por parte del Gobierno de Sánchez.
Por todo ello, no es casual que la vicepresidenta del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, reaparezca este sábado en un acto de partido en Sevilla. Va a participar junto a Juan Espadas, el secretario general de los socialistas andaluces, en una reunión de la interparlamentaria de esta federación en plena ofensiva del PP contra los socialistas por el acuerdo con ERC y solo dos días antes de que Pedro Sánchez informe a la ejecutiva federal de su intención de poner en marcha el engranaje de los congresos.
En los planes de Ferraz no estaba que Montero anticipase en este acto la intención de Sánchez de celebrar ya el 41ª Congreso, aunque va a ser el tema inevitable de conversación en la federación andaluza donde en julio pasado, por primera vez, hubo contestación interna a Juan Espadas en los órganos del partido.
Reunificación del PSOE
Para lo que sí estaba prevista la intervención de Montero es para dar munición y argumentos a diputados y senadores andaluces sobre la financiación de Cataluña que, según admiten en privado algunos cuadros del partido, contradice el discurso que siempre han defendido los socialistas en Andalucía. Hay mucha expectación por oír las explicaciones de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, que gestionó entre 2013 y 2018 las arcas autonómicas, con Susana Díaz de presidenta.
Este lunes, en la primera reunión de la cúpula federal socialista tras el parón de las vacaciones y del ciclón que supuso en el PSOE el pacto con ERC, el líder socialista pondrá en marcha toda la maquinaria. El 41º Congreso del PSOE de noviembre será solo el principio de un profundo proceso de renovación interna. Siete de los 17 líderes territoriales llevan tres años en el cargo. Los más veteranos son García-Page, Lambán y Francina Armengol, la expresidenta balear y actual presidenta del Congreso, al timón de sus federaciones desde 2012.
La presidenta navarra, María Chivite, dirige su federación desde 2014, como Luis Tudanca en Castilla y León. El presidente asturiano, Adrián Barbón, fue elegido secretario general de la FSA en 2017, como Pablo Zuloaga en Cantabria y Ángel Víctor Torres en Canarias.