Los estudiantes con mayor coeficiente intelectual beben más alcohol

Un reciente estudio del Centro Médico UT Southwestern ha encontrado que los estudiantes de preparatoria con cocientes intelectuales (IQ) más altos tienen una probabilidad significativamente mayor de ser bebedores moderados o fuertes en la adultez.

Inteligencia y consumo de alcohol

La investigación, basada en datos del Estudio Longitudinal de Wisconsin, muestra que por cada punto de aumento en el IQ, hay un incremento del 1,6% en la probabilidad de un mayor consumo de alcohol.

Los investigadores sugieren que aquellos con IQ más altos pueden tener empleos más estresantes, lo que podría llevar a un mayor consumo de alcohol. Además, quienes ganan más dinero podrían tener más oportunidades para socializar y beber.

El estudio se centró en 8.254 participantes que respondieron preguntas sobre sus hábitos de bebida en 1992 y 2004, cuando tenían aproximadamente 53 y 65 años.

Los autores del estudio definieron el consumo moderado como hasta 29 bebidas al mes para las mujeres y hasta 59 para los hombres, mientras que el consumo alto se considera 30 o más bebidas al mes para mujeres y 60 o más para hombres.

A pesar de esta tendencia hacia el consumo moderado o alto, los investigadores también notaron que las personas con IQ más altos eran menos propensas a participar en el “binge drinking” o consumo excesivo en una sola ocasión, definido como cinco o más bebidas en una sola sesión.

Factores económicos

Jayme Palka, coautora del estudio y profesora asistente de psiquiatría, señala que “aunque no es posible captar todos los mecanismos subyacentes que median la relación entre el consumo de alcohol y el IQ, sabemos que el ingreso explica parcialmente el camino entre ambos”.

Este comentario pone de relieve cómo los factores económicos pueden influir en las decisiones relacionadas con el alcohol.

Hallazgos del estudio

Los hallazgos del estudio fueron publicados en la edición de julio de la revista Alcohol and Alcoholism. Los investigadores sugieren que es fundamental realizar más estudios con una muestra poblacional más diversa, ya que el Estudio Longitudinal de Wisconsin está compuesto casi en su totalidad por personas blancas no hispanas.

Este aspecto es crucial, ya que la diversidad en las muestras puede ofrecer una perspectiva más completa sobre el impacto del IQ en el consumo de alcohol.

Conclusión

Este estudio resalta la importancia de comprender las complejidades que rodean el consumo de alcohol y su relación con el cociente intelectual. A medida que aumenta la preocupación por los efectos negativos del alcohol en la salud, expertos advierten que no existe una cantidad de alcohol considerada “buena” para la salud.

El consumo excesivo de alcohol se ha vinculado con enfermedades cardíacas, hepáticas, derrames cerebrales, varios tipos de cáncer y un sistema inmunológico debilitado.