Alberto Núñez Feijóo, el presidente del Partido Popular (PP), está demostrando ser un líder cada vez más independiente, rompiendo con la presión de la derecha mediática y política y marcando su propio camino.

Una trayectoria adaptable

Feijóo, quien en su etapa como presidente de la Xunta de Galicia se caracterizó por su dureza en la oposición y su talante moderado en el gobierno, ha mostrado desde que asumió la dirección del PP una línea continuista con su etapa más reciente en Galicia, acaparando el espacio del centro y la derecha.

El fracaso del 23-J

La gran oportunidad para que Feijóo demostrara su autoridad y criterio propio era poner fin al bloqueo en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero cuando todo parecía hecho, emergió el Feijóo de sus años de oposición en Galicia, ese que bajo presión de la parroquia más centralista se echaba para atrás en grandes acuerdos con socialistas y nacionalistas.

Presiones de la derecha

El PP teme la reacción de la derecha política, judicial y mediática al pacto del CGPJ, advirtió con grandes caracteres El Mundo, dejando la duda de si el mismo periódico se incluía en la reacción descrita en su titular. Más crudo, como de costumbre, Losantos clamaba: “No se le ha traído de Galicia para esto”. Y el líder del PP se plegó.

Un gesto de independencia

En los últimos días, no han faltado avisos similares por parte del coro habitual, de Isabel Díaz Ayuso a Cayetana Álvarez de Toledo, que seguramente no permanecerán calladas. La trompetería bélica de Vox no se ha hecho esperar. A Feijóo le lloverán piedras, pero ha ofrecido su primer gesto real para romper amarras con quienes pretenden tutelarlo. Paradójicamente lo ha hecho en un momento en que su posición, tras el fracaso electoral del 23-J, está más debilitada que cuando no se atrevió la primera vez.

Conclusiones

Ahora habrá que comprobar si no es demasiado tarde. Feijóo está demostrando ser un líder cada vez más independiente, pero la presión de la derecha es fuerte. Queda por ver si será capaz de resistir y marcar su propio camino o si acabará cediendo a las presiones.