La polémica por el presunto fraude fiscal de Alberto González Amador estalla en la Asamblea de Madrid
La polémica por el presunto fraude fiscal que rodea a Alberto González Amador, novio de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, estalla en el momento más inesperado en la Asamblea de Madrid. Ocurre este jueves, mientras los diputados debaten una propuesta para elaborar un plan de lucha contra el fraude.
El secretario general del PP madrileño, Alfonso Serrano, que por la mañana ha escuchado alto y claro cómo su líder se plantaba ante la oposición (”tenga cuidado con sus palabras”, dice Ayuso), oye horas más tarde cómo los diputados de Más Madrid y PSOE ponen en la diana los 350.951 euros que presuntamente defraudó el empresario.
Y pasa al ataque
“Hasta su llegada a la política, las cuestiones personales se dejaban al margen. Si siguen por ahí, nosotros podemos empezar, y no vamos a parar, no nos vamos a amedrentar”, dice con una contundencia que para la oposición tiene tono de amenaza, y que acaba con Más Madrid abandonando el pleno.
Todo ocurre muy deprisa. “Para Más Madrid, todo es sospechoso, todo es fraude, todo es sospechoso”, arranca Serrano. “Hablemos de sospechas”, sigue. Y entonces, uno a uno, menciona a los diputados Emilio Delgado, Manuela Bergerot, Alberto Oliver, Hugo Martínez Abarca o María Pastor, todos ellos de Más Madrid.
Jugueteando con un argumento de Juan Lobato, el portavoz del PSOE, que dijo no esparcir insidias sino hacerse preguntas sobre el caso del novio de la presidenta, el secretario general del PP de Madrid dispara. Diputado a diputado, con nombres y apellidos, a todos les cuestiona por su patrimonio con el mismo argumento: llevan años como diputados, han ganado cientos de miles de euros, y apenas reconocen propiedades a su nombre en sus declaraciones patrimoniales.
“¿A dónde va el dinero? ¿Qué esconden?”, pregunta una y otra vez con una mezcla de ironía y enfado el número dos de Ayuso, que llega a recordar una noticia de Abc que señalaba a Pastor, diputada de Equo adscrita al grupo de Más Madrid, como condenada por delito de fraude fiscal.
”¡Les damos de su propia medicina!”
“Lo que me cuesta es encontrar palabras para describir su desfachatez para dar lecciones después de haber sido condenada por una estafa”, lanza Serrano desde el atril, hasta donde llegan los aplausos de sus acólitos y el silencio asombrado del resto de parlamentarios.
“¡Estafa es lo suyo!”, estalla. “¿Alguien ha hablado durante estos años de una condena por traspasar activos, o entendimos sus dificultades?”, le lanza el secretario general del PP de Madrid a Pastor, que asiste boquiabierta a lo que ocurre.
“¡Les damos de su propia medicina!”. Serrano intenta así señalar que se lanzan insidias injustificadas contra un particular, el novio de la presidenta, a partir de elucubraciones. El argumento obvia que Hacienda investigó a González Amador y vio en la actividad de su empresa (Maxwell Cremona) dos delitos de fraude fiscal valorados en 350.951 euros, y uno de falsedad en documento mercantil. Que la Fiscalía le ha denunciado por ello. Que el juez le ha llamado a declarar en mayo como investigado. Y que la presidenta regional, Díaz Ayuso, ha asumido en primera persona la defensa de su pareja y ha empleado para ello medios públicos.
La reacción de los diputados de Más Madrid
“¡Solamente el nerviosismo me lleva a dar algún tipo de explicación a esa intromisión inadmisible en la vida personal de todos y cada uno de los diputados!”, le responde Agustín Vinagre, diputado del PSOE.
“Hay una diferencia: [en el caso de los diputados mencionados] no hay investigaciones abiertas, como sí sucede en el caso del señor González Amador”, sigue. “Y cuando eso sucede, quienes somos servidores públicos, tenemos que dar explicaciones por nosotros mismos y por nuestro entorno”, añade, para señalar la más clara contradicción en el argumento del alto cargo del PP: “Usted habla de la mujer del presidente del gobierno, cuando no hay ninguna investigación ni causa abierta contra ella. ¡Hace lo que nos niega a los demás!”.
Los diputados de Más Madrid asisten al intercambio con un punto de desesperación. Primero intenta intervenir Delgado por alusiones. Luego prueba suerte Bergerot, invocando el artículo que permite hablar tras haberse mancillado el honor de un grupo o diputado. Pero los dos esfuerzos son inútiles porque el presidente de la Cámara, Enrique Ossorio, que hasta hace unos meses era el número dos de Ayuso en el gobierno, se muestra inflexible. “No tiene la palabra, no tiene la palabra”, repite una y otra vez.
Y le dice a Bergerot: “No siga... ¡me recuerda a la ministra de Igualdad!”. Oída esa referencia, los diputados de Más Madrid, principal partido de la oposición, se levantan en bloque y abandonan el Parlamento. Es la única opción de protesta que les queda frente a la mayoría absoluta del PP.
Una mayoría absoluta poderosa, fuerte e intocable, pero también solitaria, porque ni Vox se suma a los argumentos de Serrano. Esto le dice la diputada Ana Cuartero a Serrano: “Nos ha avergonzado usted a todos con su actitud, más propia de un sistema inquisitorial, venezolano, que de una democracia en la que cada uno tenemos derecho a tener en nuestra cuenta el dinero que podemos, y vivir de acuerdo a nuestros principios”. Tan grande es la reacción de rechazo, y tan sonoras las protestas, que Serrano intenta restarle importancia a su intervención. “Yo no acuso de nada a nadie. Parafraseando al señor Lobato, me hago preguntas. Si ustedes se dan por aludidos... yo no les acuso de ningún delito”, dice. Pero esa frase no sutura la herida abierta: ya están fuera del pleno los diputados de Más Madrid, y ya se cuece su protesta contra la parcialidad, a su juicio, del presidente de la Cámara.