La vida en Marte cada vez más cerca: así prepara la NASA a los astronautas para el viaje definitivo
La tercera tripulación de la misión de simulación HERA, compuesta por cuatro científicos voluntarios, ha completado un aislamiento de 45 días en el hábitat de Marte más realista construido hasta la fecha. Los investigadores de la NASA pretenden preparar a los futuros astronautas para las duras condiciones y los desafíos de la vida en el planeta rojo, con el ambicioso objetivo de llevar humanos a Marte en la década de 2030.
Misiones de simulación: la clave para el éxito
La misión HERA, desarrollada en el Centro Espacial Johnson de Houston, Texas, proporciona un entorno controlado que imita las condiciones de vida y trabajo en Marte. En este espacio de 650 pies cuadrados, los voluntarios llevan a cabo 18 estudios diferentes para analizar la respuesta humana a los entornos confinados, el aislamiento y las duras condiciones de trabajo, aspectos cruciales para futuras misiones espaciales.
Tareas y actividades para replicar la vida marciana
Durante su estancia, los voluntarios se enfrentaron a tareas diseñadas para replicar la vida y el trabajo en Marte. Cultivaron plantas en un jardín hidropónico, criaron camarones, desplegaron un pequeño satélite y realizaron caminatas virtuales sobre la superficie marciana. También volaron drones simulados sobre terrenos marcianos, todo ello para sumergir al equipo en la mentalidad centrada en tareas que se espera de los astronautas.
El retraso en las comunicaciones: un desafío crucial
Uno de los aspectos más interesantes de la simulación fue el retraso en las comunicaciones, que imita una de las mayores dificultades a las que se enfrentarían los astronautas reales en Marte. Las comunicaciones con la Tierra podrían tardar hasta 20 minutos en llegar, lo que obliga a los tripulantes a tomar decisiones de forma independiente, algo que también experimentaron en HERA. Este retraso fue uno de los puntos clave monitoreados por los científicos de la NASA para estudiar el impacto de la soledad y el aislamiento en el desempeño del equipo.
El bienestar emocional: un elemento esencial
Más allá de las tareas científicas, los tripulantes también dispusieron de momentos de esparcimiento. Durante su tiempo libre, leían libros, jugaban a las cartas, construían con Legos y escuchaban música. Estos momentos de relajación fueron fundamentales para combatir el estrés de vivir en un entorno tan reducido.
El futuro de las misiones de simulación
Además de HERA, la NASA cuenta con otro hábitat simulado llamado CHAPEA, mucho más grande (1.700 pies cuadrados), donde los voluntarios pueden vivir hasta un año. La primera tripulación del CHAPEA también finalizó su misión en julio de este año, abriendo nuevas posibilidades para la investigación sobre cómo los humanos podrían vivir en Marte a largo plazo.
Cita de un voluntario
Brandon Kent, uno de los voluntarios, describió la experiencia al salir del hábitat: 'Hemos pasado 45 días en un ambiente aislado, pero hemos creado un hogar y un equipo fuertes'.
La NASA continúa buscando voluntarios para futuras misiones HERA. Los interesados deben tener entre 30 y 55 años, no ser fumadores y estar dispuestos a enfrentar el desafío de vivir como astronautas en las condiciones más extremas.