Las dietas ricas en proteínas: ¿Aliadas o enemigas de nuestra salud intestinal?
Las denominadas "dietas occidentales" suelen ser muy ricas en proteínas, ya sea como complemento para el entrenamiento deportivo o como factor de alteración metabólica en la obesidad. Un reciente estudio se ha centrado en el efecto de las proteínas no digeridas en el microbioma intestinal y su impacto en la salud humana en general.
Las proteínas: Un nutriente esencial, pero con matices
Las proteínas son un nutriente esencial que podemos obtener de diversas fuentes alimentarias frescas, como el pescado, la carne, los huevos, los productos lácteos, las legumbres y los frutos secos. Sin embargo, su consumo excesivo puede ser perjudicial para nuestro organismo, especialmente si proviene principalmente de fuentes animales en lugar de vegetales.
Según el nuevo estudio, dirigido por Samson Adejumo en el laboratorio Marcell de la Universidad de Illinois en Chicago, el exceso de proteína no digerida en el colon puede producir tanto metabolitos beneficiosos por fermentación (como los ácidos grasos de cadena corta) como dañinos (como el amoníaco y los sulfuros), relacionados con trastornos gastrointestinales.
Investigando el impacto de las proteínas en el microbioma intestinal
El equipo de investigación alimentó a ratones con distintas dietas y descubrió que una rica en proteínas producía una pérdida de peso significativa, una reducción de la grasa corporal y cambios inmediatos en el microbioma intestinal.
Posteriormente, compararon diferentes dietas proteicas para examinar los efectos de los aminoácidos individuales en la composición y actividad del microbioma intestinal. Los ratones que consumieron proteínas ricas en aminoácidos aromáticos experimentaron una mayor pérdida de peso y masa grasa en comparación con aquellos con dietas estándar ricas en proteínas y aminoácidos de cadena ramificada.
Aminoácidos aromáticos: Clave para una microbiota intestinal saludable
Estos aminoácidos aromáticos se encuentran principalmente en la carne blanca más que en la roja, pero también en los lácteos bajos en grasa y los huevos. Entre las proteínas vegetales, destacan las legumbres (lentejas, soja y judías), los pseudocereales (quinoa) y los frutos secos (nueces).
El Dr. Adejumo destaca que "estos hallazgos proporcionan una base crucial para comprender cómo las dietas proteicas influyen en el microbioma intestinal y abren puertas para futuras investigaciones sobre el papel de la dieta en la promoción de un intestino sano y la salud general".
El estudio continúa: Explorando los vínculos entre proteínas y microbioma
Para profundizar en esta investigación, el equipo realizó un experimento de cuatro semanas con 16 ratones. Inicialmente, los ratones recibieron una dieta estándar durante 2 semanas, seguida de dietas ricas en proteínas isonitrogenadas enriquecidas con aminoácidos de cadena ramificada o aromáticos durante las 2 semanas siguientes.
Se recogieron muestras fecales diarias y se realizaron mediciones semanales de composición corporal para controlar los cambios en la masa grasa y libre de grasa. Se extrajo ADN de las heces y se secuenció para analizar la composición y dinámica microbiana durante el periodo de estudio.
La comparación de la composición microbiana entre los 4 grupos de proteínas reveló diferencias significativas en la abundancia y composición de los taxones microbianos tras el enriquecimiento de proteínas. Los cambios más notables se observaron en el grupo alimentado con aminoácidos de cadena ramificada.
Conclusión: Proteínas y microbioma intestinal, una relación bidireccional
El estudio, aunque preliminar, sugiere una clara conexión entre las dietas ricas en proteínas y las alteraciones del microbioma intestinal. Comprender esta relación puede abrir nuevas vías para promover un intestino sano y mejorar la salud general.
Sin embargo, se necesitan más investigaciones para establecer de forma concluyente el papel causal de las dietas proteicas en los cambios observados en la composición corporal y las bacterias intestinales.