La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional vuelve a impartir un severo correctivo al juez Santiago Pedraz por su actuación en la instrucción del caso contra Carmelo Ovono Obiang, uno de los hijos del presidente Teodoro Obiang Nguema. Los magistrados han estimado el recurso presentado por la representación de las víctimas contra la decisión de Pedraz de ceder la jurisdicción del caso a los tribunales de la antigua colonia española.

El auto de la Sala, al que ha tenido acceso El PAÍS, reprocha al juez que “difícilmente se puede ceder algo de lo que se carece”, ya que la jurisdicción solo podría cederse en el marco de un tratado internacional que España no tiene con ese país.

El magistrado de la Audiencia Nacional dio por verosímil la supuesta investigación por los mismos hechos abierta por las autoridades de ese país contra el hijo de Obiang, secretario de Estado de la Presidencia, y los dos altos cargos del Gobierno guineano, y acordó remitir todas las diligencias previas del caso a la Corte Suprema de Justicia de la antigua colonia española.

Una decisión que recurrieron en apelación ante la Sala el fiscal Vicente González Mota y los familiares de los secuestrados, dos de ellos españoles.

Nuevo varapalo para Pedraz en el caso contra el hijo de Obiang

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La decisión de la Sala de lo Penal es el cuarto varapalo que recibe el juez Pedraz por parte del órgano de los jueces que fiscaliza la labor de los magistrados de instrucción. Los autos del instructor han sido cuestionados y rechazados en todas las ocasiones en las que el fiscal y la representación de los querellantes, los familiares de las víctimas, han presentado recursos de apelación.

La última, cuando la Sala acordó dictar orden de búsqueda y captura internacional contra los tres investigados: Carmelo Ovono Obiang, el ministro del Interior, Nicolás Obama, e Isaac Nguema Endo, director de Seguridad. La cúpula del Ministerio del Interior de la antigua colonia española al completo.

Pedraz se había negado hasta en tres ocasiones a pedir a Interpol su localización, detención e ingreso en prisión que exigen desde hace un año la fiscalía y los querellantes. También, cuando los tres altos cargos guineanos dieron plantón al juez y no acudieron a declarar por videoconferencia.

Anteriormente, la misma sala rectificó, también, al juez Pedraz y le obligó a convertir sus diligencias previas en sumario ordinario. Una decisión relevante porque de esta manera solo son competentes los magistrados de este organismo para archivar la causa.

Investigación sobre el origen de 793.000 euros



El pasado mes de septiembre, los tres magistrados de este organismo ordenaron a Pedraz que se investigue el origen de los 793.000 euros que Carmelo Ovono Obiang ingresó en billetes de 200 y 500 euros en su cuenta del BBVA en Madrid. Cuenta cerrada por el banco después de las advertencias de su servicio de Cumplimiento.

Los magistrados pidieron que se indague el uso y procedencia de este dinero por si sirvió “de herramienta imprescindible” para financiar el espionaje, secuestro y torturas a los cuatro opositores al régimen del dictador residentes en España.

Para Pedraz, en cambio, no hay indicios de blanqueo en estos movimientos de dinero y en su auto de archivo, pese a la orden recibida, volvió a defender la misma tesis. El juez afirma que no existen indicios de que hubiera sido empleado para vigilar, engañar y secuestrar a las víctimas.

Y afirma que el espionaje, acreditado por la Policía, de 15 detectives a los opositores del régimen de Obiang no es delito.

La renuncia a detener al hijo de Obiang



Pero la decisión más polémica de Pedraz fue su renuncia, el 29 de diciembre de 2022, a detener al hijo de Obiang al que la policía investigaba en secreto y por orden suya desde hacía dos años. Una investigación en la que las providencias del juez destacaban la importancia y exigencia del sigilo y secreto para que el hijo del dictador no descubriera que estaba siendo monitorizado por delitos de terrorismo y lesa humanidad.

Carmelo Ovono Obiang, de 44 años, con residencia, propiedades y sociedades en España, no ha vuelto a pisar suelo español desde que ese día el juez Pedraz ordenó a la Policía que le entregaran la querella que se estaba tramitando contra él. El hijo de Obiang, que dormía en un céntrico hotel de Madrid, tomó un avión a Malabo esa misma madrugada y desapareció.

Dos semanas antes, el magistrado había ordenado a los agentes que lo detuvieran en el aeropuerto de Madrid-Barajas, donde un operativo policial le aguardaba, le trasladaran a la Audiencia Nacional y requisaran su teléfono móvil y aparatos electrónicos.

En esa ocasión, el responsable de la Inteligencia en el exterior de Guinea Ecuatorial cambió sus planes de viaje y no apareció.

Pocos días después de la marcha de Ovono Obiang falleció Julio Obama, de 61 años, uno de los secuestrados, en circunstancias no aclaradas.