Cómo cuidar tu piel de los rayos UV sin renunciar al bronceado
El verano ya está aquí, y con él, la mayor exposición a los rayos UV. Es importante proteger nuestra piel de estos rayos dañinos, ya que pueden provocar cáncer de piel. Sin embargo, ¿es posible protegerse del sol sin renunciar al bronceado?

Sí, es posible. La clave está en utilizar un protector solar con un factor de protección solar (FPS) alto, como 30 o 50. El FPS indica la cantidad de tiempo que tarda la piel en quemarse en comparación con alguien que no utiliza protección solar. Por ejemplo, un FPS 30 significa que tardarás 30 veces más en quemarte que si no utilizaras protección solar.
Además del FPS, es importante elegir un protector solar que proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB. Los rayos UVA son los que provocan el envejecimiento prematuro de la piel, mientras que los rayos UVB son los que causan las quemaduras. También es importante aplicar el protector solar de forma generosa y uniforme, y reaplicarlo cada dos horas, o más a menudo si se está nadando o sudando.

Además del protector solar, hay otras medidas que podemos tomar para proteger nuestra piel de los rayos UV, como:
- Evitar la exposición al sol durante las horas punta (de 10 a.m. a 4 p.m.).
- Vestir ropa protectora, como camisas de manga larga y pantalones.
- Usar un sombrero de ala ancha.
- Llevar gafas de sol con protección UV.
Siguiendo estos consejos, podemos disfrutar del verano sin poner en riesgo nuestra salud.

"La luz solar viaja a la Tierra como una mezcla de rayos u ondas visibles e invisibles. Las ondas largas, como las ondas de radio, son inofensivas para las personas. Sin embargo, las ondas más cortas, como la luz ultravioleta (UV), pueden causar problemas. Los rayos más largos de estas ondas UV que llegan a la superficie de la Tierra se llaman rayos UVA. Los más cortos se llaman rayos UVB", indica el sitio oficial del National Institutes of Health (NIH) la principal agencia del gobierno de los Estados Unidos dedicada a la salud pública.
"Demasiada exposición a los rayos UVB puede producir quemaduras. Los rayos UVA pueden penetrar la piel más profundamente que los rayos UVB pero en todo caso ambos pueden afectar la salud. Cuando los rayos UV invaden las células de la piel alteran procesos delicados que afectan su crecimiento y apariencia. Con el tiempo la exposición a estos rayos puede reducir la elasticidad de la piel que puede incluso llegar a engrosarse y ponerse correosa o puede arrugarse o afinarse como papel de seda" añade.
Asimismo según datos publicados por este organismo por año más de 2 millones de personas son tratadas por dos tipos de cáncer de piel: el carcinoma basocelular y el carcinoma epidermoide. Únicamente en Estados Unidos se diagnostica a más de 68.000 por año con melanoma además otros 48.000 son diagnosticados con una forma temprana de la enfermedad que compromete solamente la capa superior de la piel.
Algunos consejos que brinda el NIH para proteger a la piel de los rayos UV sin comprometer al bronceado son:
- Permanezca en la sombra. Limite la exposición al sol especialmente de 10 a. m. a 4 p. m. cuando la luz solar es más intensa.
- Use protector solar. Obtenga un factor de protector solar (FPS) 15 o superior con protección UVA y UVB. Si tiene la piel bien clara use un FPS 30 o superior. Póngase el protector solar de 20 a 30 minutos antes de salir. Vuelva a ponérselo con frecuencia por lo menos cada 2 horas. No escatime.
- Proteja sus ojos. Póngase gafas que protejan los lados de los ojos y que estén etiquetadas para proteger contra los rayos UVA y UVB.
- Cúbrase la piel. Una vestimenta protectora y un sombrero de ala ancha pueden ayudarle a reducir la exposición al sol.
- Evite las camas de bronceado. Las cámaras de bronceado y las lámparas solares utilizan bombillas especiales que aceleran el bronceado pero también emanan rayos UV dañinos lo que a su vez aumenta el riesgo de daño a la piel y cáncer.