Dos padres recuperados bajo una montaña de basura
Pino Sosa y Conchita Viera, dos mujeres que comparten una cruel historia y una admirable determinación
Pino Sosa y Conchita Viera son dos mujeres de diferentes puntos de España, pero unidas por una común y desgarradora historia: la búsqueda incesante de sus padres, desaparecidos durante la Guerra Civil española. Ambas lograron recuperar sus restos tras años de esfuerzo, sacándolos a la luz de fosas comunes llenas de basura y escombros.
Un pasado marcado por la tragedia
El padre de Pino, José Sosa, fue detenido y asesinado en 1937 por un grupo de falangistas. El padre de Conchita, Amado Viera, fue alcalde socialista y también fue ejecutado extrajudicialmente ese mismo año. Sus cuerpos fueron arrojados a fosas comunes, quedando su paradero desconocido durante décadas.
Una búsqueda incansable
Pino y Conchita se embarcaron en una ardua búsqueda de sus padres, enfrentándose a la indiferencia y las trabas burocráticas. Pino llegó a ser conocida como "la viejita loca" por su persistencia en buscar a su padre. Conchita también se enfrentó a la oposición de los dueños de la finca donde se encontraba la fosa de su padre.
El hallazgo de los restos
En 2008, los restos de 24 fusilados fueron hallados en una fosa común en Arucas, incluyendo al padre de Pino. En 2017, los restos de otros 14 asesinados fueron encontrados en una fosa en Valencia de Alcántara, entre ellos el padre de Conchita. Los restos estaban cubiertos de basura y escombros, evidencia de la crueldad y el olvido que habían sufrido.
La lucha por la memoria y la justicia
El hallazgo de los restos de sus padres ha sido un momento de duelo y a la vez de reivindicación para Pino y Conchita. Ambas se han convertido en símbolos de la lucha por la memoria histórica y la defensa de los valores democráticos. Han criticado la hipocresía de quienes hablan de reconciliación sin reconocer los crímenes del pasado y han exigido que se pida perdón por las atrocidades cometidas.
"Toda la vida señaladas como rojas, niñas rojas, adultas rojas... Y aquí nadie ha perdido perdón", afirma Pino.
Pino y Conchita continúan su incansable labor para que otras familias puedan encontrar a sus seres queridos desaparecidos durante la guerra. Su historia es un testimonio de la importancia de la memoria, la justicia y la lucha contra el olvido.