Armas de guerra y abandono en las Tres Mil Viviendas
Los vecinos del barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas viven con miedo tras el tiroteo del pasado fin de semana, en el que se utilizaron armas de guerra. La Policía Nacional ha incautado al menos un arma y munición, y se han recogido cartuchos de escopeta y casquillos de 9 milímetros y 7,62 milímetros.
Sensación de abandono
Los vecinos denuncian la sensación de abandono por parte de las administraciones públicas, que no han sido capaces de solucionar los problemas de violencia y delincuencia en el barrio en las últimas dos décadas. Esta situación se ha agravado con el incremento del cultivo de marihuana en las viviendas de la barriada, lo que ha llevado al uso de armas de guerra para proteger la mercancía.
Medidas policiales
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha anunciado que se reunirá con el subdelegado del Gobierno en la provincia para abordar los problemas de seguridad ciudadana en las Tres Mil Viviendas. También asistirá el comisionado para el Polígono Sur, Jaime Bretón, que ha reclamado un plan de seguridad para el barrio.
Las medidas policiales se centrarán en aumentar la presencia de agentes de la Policía Nacional, especialmente por las noches y los fines de semana, y en realizar controles de armas y registros de viviendas de personas con antecedentes por tráfico de drogas.
Necesidad de una solución integral
Sin embargo, los vecinos creen que las medidas policiales no son suficientes y que es necesaria una solución integral que aborde también los problemas sociales y económicos del barrio. Piden una mayor presencia de los servicios públicos, como la limpieza y la atención sanitaria, y medidas para mejorar la empleabilidad y la calidad de vida de los vecinos.
"Aquí nace una criatura y lo que mama, con lo que crece, es con este ambiente, esa es la enseñanza que recibe desde niño y esto lo han permitido todas las administraciones desde hace años", se queja un vecino.
Mientras las administraciones públicas diluyen su responsabilidad, la sensación de abandono y miedo crece entre los vecinos de las Tres Mil Viviendas.