Tsukiko Tsukahara, feminista y activista por los derechos LGTBI+, se ha convertido en una firme defensora de la igualdad en Japón. Desde Kaleidist, la consultoría que fundó en 2018, asesora a empresas, gobiernos y organizaciones para crear ambientes laborales más inclusivos y diversos.
Japón, a la cola en igualdad
Lamentablemente, Japón ocupa el puesto 125 de 146 países en el índice de brecha de género de 2023 del Foro Económico Mundial. La desigualdad entre hombres y mujeres es amplia, con una presencia femenina muy baja en política y economía. Nunca ha habido una primera ministra mujer, ni tampoco al frente de ministerios clave como Finanzas.
La representación de las mujeres en los órganos de gobierno es inferior al 10% en la Cámara de Representantes y sube al 27% en la Cámara de Consejeros. Actualmente, hay cinco ministras en el gobierno, pero esto se ve como un avance mínimo en comparación con la situación general.
Cambio lento pero constante
En 2016, se aprobó una ley para fomentar el empoderamiento femenino, obligando a las empresas con más de 300 empleados a desarrollar un plan de igualdad. Más del 95% de las empresas lo han aplicado, pero Tsukahara cree que no lo hacen de corazón, sino por obligación.
La falta de avances en igualdad se puede relacionar con la escasa movilización social y reivindicativa en Japón. Los movimientos sociales no tienen mucha tradición en el país.
Feminismo y derechos LGTBI+: luchas entrelazadas
El feminismo y los derechos LGTBI+ se enfrentan al mismo enemigo: el machismo. La igualdad de género y los derechos LGTBI+ deben abordarse juntos. En Japón, las mujeres siguen siendo minoría en muchos ámbitos laborales, y cuando se habla de diversidad en el trabajo, el enfoque suele reducirse a empoderar a las mujeres.
Pero la realidad es más compleja. Las personas trans, lesbianas, no binarias y gais también deben tener las mismas oportunidades laborales, educativas y de desarrollo en la sociedad.
La homofobia en Japón: un problema doble para las lesbianas
La homofobia sigue siendo notable en Japón, pero afecta mucho más a las lesbianas. Sufren una doble discriminación: como mujeres y como homosexuales. La homosexualidad masculina ha sido objeto de burla, pero la femenina no se menciona, como si no existiera.
Las lesbianas y los gais en Japón a menudo no son visibles, dependiendo de los ámbitos laborales, familiares y sociales en los que se desenvuelven. Este ocultamiento fomenta que la homofobia, aunque esté presente, no se evidencie.
El papel de las empresas en la promoción de la igualdad
Las corporaciones que se centran solo en una parte de sus trabajadores están desperdiciando mucho talento. Por el contrario, las corporaciones inclusivas y diversas son más innovadoras y competitivas.
Tsukahara forma parte del G-20 Empower, una iniciativa para fomentar la participación de las mujeres en la toma de decisiones en el sector privado, en alianza con los gobiernos. Representa al sector privado de Japón en esta iniciativa, que surgió en 2019 cuando Japón presidió el G-20.
¿Mejorará Japón en igualdad en los próximos años?
Tsukahara se muestra optimista, pero con reservas. Aunque España y Japón hayan compartido niveles similares de machismo en el pasado, la desigualdad de género en Japón está profundamente arraigada y atraviesa todas las facetas de la vida.
Tsukahara no está muy a favor de las cuotas en el sector privado, pero las aplicaría a nivel político: en listas electorales y gobiernos. Hay que abordar la desigualdad de raíz, desde sus causas primigenias.