Las víctimas domésticas del fuego cruzado de los aranceles: los valores más penalizados en EE UU
La decisión de Donald Trump de recurrir a los aranceles como medida de presión para los socios comerciales de Estados Unidos, y las múltiples consecuencias que no han hecho más que comenzar y que prometen prolongarse durante los próximos cuatro años, no será gratuita para los consumidores, las empresas ni los distintos países. El elevado nivel de los aranceles anunciados para México y Canadá, que entrarán en vigor dentro de un mes tras los aplazamientos logrados en el último momento, sumados a los que pesan sobre China y a los que se vislumbran hacia la Unión Europea, se han hecho sentir en los mercados desde el viernes.

Las firmas de análisis se afanan estos días en calcular qué impacto tendrán los aranceles en las empresas que cotizan en bolsa y qué sectores y compañías concretas sufrirán más el mayor golpe, tanto dentro de las fronteras estadounidenses como fuera, y que en Bank of America consideran que serán los valores con menor capitalización bursátil los más afectados frente a los grandes. Entre las empresas estadounidenses que cotizan en bolsa, los expertos de Goldman Sachs han elaborado una lista de medio centenar de empresas con mayor exposición a los aranceles, entre las que se encuentran firmas vinculadas al consumo, la automoción, la maquinaria o los materiales de construcción. De todas ellas, las que cuentan con mayor tamaño son la cadena de grandes almacenes para el bricolaje Lowe's y la firma de material deportivo Nike, seguidas de 3M o la cadena de grandes almacenes Target, pero también otras más pequeñas como la marca de abrigos de lujo Canada Goose o la óptica National Vision.
En la cesta de Goldman Sachs de valores estadounidenses afectados por los aranceles de uno y otro lado destacan las caídas registradas desde el viernes por Canada Goose o WW Grainger, del 8,1% y del 7,4% respectivamente. Les siguen un buen número de firmas de distribución y textil como Dick's Sporting (-3,8%), Skechers (-6,3%) o Gap (-5,7%), pero también otras pertenecientes a la industria de componentes de automoción, como Magna International (-8,5%).

Aunque la diplomacia y algunas concesiones han logrado contener el primer golpe arancelario de Estados Unidos a Canadá y México, ambos países han amenazado con responder con sus propios aranceles a las importaciones procedentes de Estados Unidos, perjudicando a las empresas estadounidenses más expuestas a estos mercados. Entre las que tienen un mayor porcentaje de sus ingresos ligados al mercado mexicano, en Goldman Sachs destacan a Jabil. Con el 18% de su facturación procedente de México, el fabricante de sistemas de placas para circuitos eléctricos había logrado capear el temporal gracias a la actitud moderada de los primeros días de Trump al frente de la Casa Blanca, lo que le había permitido seguir subiendo en bolsa. Junto a Jabil se cuelan los fabricantes de componentes para el sector del automóvil Lear y BorgWarner, para los que el mercado mexicano representa entre el 15% y el 12% de sus ingresos, o la cadena de repuestos para el coche AutoZone, con el 11% de sus ventas. También se ha visto penalizado el productor de pollos Pilgrim's Pride, líder del mercado mexicano.
Entre las empresas que cotizan en bolsa más expuestas al mercado canadiense, los expertos de Goldman Sachs apuntan a la minera Royal Gold, que genera en suelo canadiense el 35% de su facturación y que cede un 5% en bolsa desde las elecciones de noviembre, junto con la petrolera Ovintiv o el proveedor de software Dayforce, con más del 20% de sus ingresos en ese mercado. También destaca la farmacéutica Charles River Laboratories International, especializada en terapia génica y celular, que se deja un 14% desde noviembre.

Tampoco se libran las empresas más expuestas a China
China es un mercado que supone el 2% de los ingresos de todas las empresas representadas en el S&P 500. Entre las más penalizadas, según estimaciones del banco de inversión estadounidense, está Monolithic Power Systems, que diseña circuitos de energía para sistemas de computación en la nube y automoción y que obtiene el 68% de sus ventas en China y Taiwán. Tampoco esquivan la volatilidad la propietaria de casinos Las Vegas Sands y Qualcomm, con más del 60% de sus ingresos en el mercado chino. Tras ellas se sitúa Nvidia, con el 39% de su facturación en China y Taiwán, y buena parte de la plana mayor de los fabricantes de chips y semiconductores: Intel, Applied Materials, NXP Semiconductors, Micron Technology, Broadcom o ON Semiconductor.
Ahora bien, aunque los aranceles que fije Trump puedan perjudicar a las empresas estadounidenses que cotizan en bolsa, en Citi apuntan que otras posibles "iniciativas políticas de Trump, particularmente en materia de impuestos, desregulación y eficiencia del gasto, ejercerán como posibles compensaciones". Pese a ello, las firmas de análisis ya calculan cuál será el impacto en el beneficio por acción del S&P 500 si llegan a implementarse todos los aranceles: en Bank of America creen que el golpe sería de hasta el 8%.
Todavía no se han presentado los aranceles de Estados Unidos a la Unión Europea, pero ya hay perdedores en bolsa. Más allá de las grandes firmas del motor y los productores de bebidas espirituosas que han encajado en las últimas jornadas fuertes caídas, desde UBS apuntan a Fluidra, que genera el 42% de sus ventas en Estados Unidos y que este lunes se dejó un 5,4% en bolsa. Junto a ella destacan a la empresa sueca de rodamientos SKF, la alemana especializada en automatización y carretillas industriales KION, o la filial de vehículos comerciales de Volkswagen, Traton. En JP Morgan apuntan además a valores europeos ligados a la industria química, como la holandesa AzkoNobel, que cuenta con el 20% de su producción en América y está dedicada a las pinturas decorativas e industriales, la francesa Arkema y empresas dedicadas a la fabricación de plásticos como BASF o Victrex. Asimismo, consideran que el elevado peso que tiene la producción en Estados Unidos en las cuentas de Acerinox le dará cierta ventaja frente a otras acereras europeas. Tras el cierre de la compra de Haynes, más del 90% de sus beneficios provienen de sus instalaciones en suelo estadounidense.