Bruselas está intensificando sus esfuerzos para revitalizar la industria automotriz europea, que actualmente se encuentra en una encrucijada crítica. La Comisión Europea se encuentra preparando un ambicioso Plan de Acción Industrial que promete transformar el panorama del sector, abordando desde las emisiones contaminantes hasta el impulso de la fabricación local de vehículos eléctricos. El objetivo principal es claro: asegurar que la industria automotriz europea no solo sobreviva, sino que prospere en un entorno global cada vez más competitivo.

Flexibilización de las normas de emisiones CAFE

Uno de los puntos más destacados de este plan es la flexibilización de la norma de emisiones CAFE (Clean Air for Europe). Según el borrador del plan, al que tuvo acceso El País, se permitirá a los fabricantes que superen los límites de emisiones este año compensarlo cumpliendo objetivos más estrictos en 2026 y 2027. Esta medida, según la Comisión, está siendo fundamental para salvaguardar la capacidad de la industria para invertir en nuevas tecnologías y adaptarse a las exigencias del mercado. Como señaló Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, el objetivo es proporcionar a las empresas la certidumbre que necesitan para planificar su futuro y realizar inversiones a largo plazo.

En palabras de María R. Sahuquillo y Manu Granda (2025), «la Comisión pide a los colegisladores que alcancen un acuerdo sobre esta enmienda sin demora, ya que ello crearía certidumbre para el sector». Esta flexibilización se considera esencial para evitar que los fabricantes tengan que reducir drásticamente la producción de coches de combustión, lo que podría tener graves consecuencias para el empleo en Europa.

Incentivos comunes para la compra de coches eléctricos

Otro pilar fundamental del plan es la armonización de los incentivos para la compra de vehículos eléctricos en toda la Unión Europea. La Comisión Europea está buscando establecer un marco común que ofrezca ayudas equitativas a los consumidores, independientemente del país en el que residan. La disparidad actual en los incentivos entre los diferentes Estados miembros está generando confusión y dificultando la adopción masiva de vehículos eléctricos.

Para ilustrar esta situación, en Alemania, los compradores recibían la subvención directamente en el concesionario, mientras que en España, con el ya caducado plan Moves III, los clientes tenían que esperar hasta dos años para recibir la ayuda. «Este trabajo identificará un conjunto de herramientas con opciones para sistemas de incentivos que estén diseñados para ser económicamente eficientes y fiscalmente sostenibles y adaptados a la madurez de los mercados en cuestión», afirma la Comisión Europea en su comunicación.

Fomento de la cadena de valor europea

La Comisión Europea está decidida a reducir la dependencia de la industria automotriz europea de países externos, especialmente de China, que domina la producción de baterías y sus componentes clave. Para ello, se están impulsando medidas para fomentar la creación de una cadena de valor europea que abarque desde la extracción de minerales hasta la fabricación de vehículos eléctricos.

El objetivo es que, para 2030, más del 50% del valor añadido del vehículo sea europeo. Para lograrlo, se están destinando fondos importantes, como los 3.000 millones de euros del Fondo de Innovación para la fabricación de celdas de baterías. Además, se está considerando la posibilidad de financiar la puesta en marcha de líneas de producción europeas, con apoyo financiero directo.

Alianzas estratégicas y ayudas a empresas extranjeras

Bruselas también está explorando la posibilidad de ofrecer ayudas a empresas extranjeras que estén dispuestas a establecer alianzas con empresas europeas. Estas alianzas tendrían como objetivo garantizar el intercambio de habilidades, conocimientos y tecnologías, fortaleciendo así la competitividad de la industria europea.

Esta estrategia es similar a la que ha seguido China durante décadas, obligando a las automovilísticas extranjeras a asociarse con empresas locales para producir en el país. Además, se están considerando medidas proteccionistas, como la definición de normas para el origen de la producción de coches eléctricos, con el fin de disuadir a los agentes que incurren en prácticas desleales de establecer instalaciones en terceros países.

Impulso a la infraestructura de recarga

Uno de los principales obstáculos para la adopción masiva de vehículos eléctricos es la falta de infraestructura de recarga adecuada. La Comisión Europea está consciente de este problema y está tomando medidas para acelerar el despliegue de estaciones de recarga públicas en toda la Unión.

Se enviarán recomendaciones a los Estados miembros para reducir los tiempos de espera para conectarse a la red eléctrica y se publicarán principios rectores que identifiquen las condiciones en las que se deben conceder inversiones anticipadas en proyectos de red. «Esto permitirá anticipar las necesidades futuras de la infraestructura de recarga en la planificación de la red», señala la Comisión.

Vehículos conectados y autónomos

La Comisión Europea también está apostando por el desarrollo de vehículos conectados y autónomos. Se creará la Alianza Europea de Vehículos Conectados y Autónomos, que se centrará en desarrollar soluciones de inteligencia artificial para el motor y crear un entorno colaborativo en el sector en materia de software e ingeniería de inteligencia artificial.

Además, se facilitará el desarrollo de la conducción autónoma con la creación de bancos de pruebas transfronterizos a gran escala, entornos de pruebas reglamentarios relacionados y corredores europeos de conducción automatizada.

Democratización de la movilidad eléctrica

Por último, la Comisión Europea está trabajando en medidas para democratizar la movilidad eléctrica, facilitando el acceso a vehículos de cero emisiones a personas con bajos recursos. Se pondrán en marcha préstamos asequibles y se está elaborando una ley para electrificar las flotas empresariales, sin imponer una carga innecesaria a las pymes.

En resumen, el Plan de Acción Industrial para el Automóvil Europeo es una iniciativa ambiciosa y necesaria para asegurar el futuro de la industria automotriz en Europa. Con medidas que abarcan desde la flexibilización de las normas de emisiones hasta el fomento de la fabricación local y la democratización de la movilidad eléctrica, la Comisión Europea está demostrando su compromiso con un sector que es clave para la economía del continente.

Referencias