El calor provoca un cambio de panorama en los mercados eléctricos de Europa

Tras un primer semestre del año con precios considerablemente más bajos en España y Portugal que en el resto del continente —una especie de excepción ibérica bis, en alusión al mecanismo que abarató notablemente la factura en los meses más duros de la crisis energética—, el verano ha traído consigo valores mucho más elevados. El movimiento, no obstante, tiene mucho de coyuntural: todos los indicadores a largo plazo apuntan a un precio de la electricidad notablemente más bajo en la Península que en la mayoría de países europeos; una enorme oportunidad para atraer industria de gran consumo y centros de datos, entre otras actividades.

Más calor, mayor consumo

Mientras que en el centro y el norte de Europa la demanda de electricidad disminuye en verano, aquí la demanda crece, sobre todo por el mayor uso de aires acondicionados, explica Juan Antonio Martínez, consultor de ASE. Al factor calor, el fundamental, hay que sumar otro: la mayor afluencia de turistas, en su mayoría procedentes de otras latitudes europeas, que reduce el consumo de electricidad en sus países de origen y lo incrementa en los de destino. En este caso, en España y en Portugal.

Menos viento y menos sol

En lo que a la oferta respecta, hay también variaciones que contribuyen a un cambio de tornas en el diferencial de precios que debería girar de nuevo con la llegada del otoño y, sobre todo, del invierno. “En España, la aportación de la eólica también disminuye más que en el resto del continente por el tiempo anticiclónico”, ilustra Martínez por teléfono.

“El mix español está eminentemente gobernado por las renovables: cuando funcionan bien, los precios se desploman. Y, en cambio, cuando no cubren tanta demanda, bien porque generen menos bien porque el consumo sube, los precios aumentan”, completa Antonio Aceituno, director y fundador de la consultora Tempos Energía.

España y Portugal: una isla energética

Más que una península, España y Portugal constituyen una ínsula en lo energético. Ese fue el argumento esgrimido por ambos países en el duro tira y afloja para que Bruselas y el resto de Gobiernos europeos diesen su visto bueno a la citada excepción ibérica. Y ese es, también, uno de los factores que están contribuyendo a que el precio de la luz esté siendo, en lo que va de verano, más alto que en la fracción central y septentrional del continente.

La interconexión: el talón de Aquiles

“Si la interconexión [eléctrica a través de Pirineos] fuese mayor, ambos podrían absorber excedentes de otros países, como Francia”, sostiene Martínez. “Esta situación es un reflejo más de lo débil de la interconexión con el resto de Europa: cuando baja la generación renovable, España lo sufre más que el resto”.

La estrechez de cable entre ambos países —sobre todo, por la reticencia a reforzarlo mostrada por los sucesivos Gobiernos franceses— impide, por ejemplo, que ese país pueda vender al sur su habitual electricidad sobrante en estas fechas. Lo que, además de revertir positivamente en sus exportaciones, reduciría la cotización de la luz en la Península.

El gas, también al alza

El mercado eléctrico no es el único que está viéndose trastocado por las temperaturas más altas en el suroeste europeo. En el gasista, el calor se ha traducido en una mayor demanda ibérica por el aumento en el uso de las centrales de ciclo combinado (en las que se quema este combustible para obtener electricidad). Y esta ha hecho crecer, a su vez, su cotización a un ritmo más alto que en el resto del continente.

El año empezó con precios más altos en el índice holandés TTF —el que se utiliza como referencia para los Veintisiete— que en su par ibérico Mibgas. “En febrero eso ya cambió, pero el diferencial se mantuvo estable en los meses siguientes. Hasta agosto, cuando se ha disparado en paralelo al mayor uso de los ciclos combinados”, analiza Aceituno.

El diferencial ahora es de algo más de un euro por megavatio hora, ya más cerca de la media histórica tras un periodo —el de la crisis energética— en el que las tornas se dieron la vuelta.