El nuevo índice de alquiler limita las subidas al 2,2% a partir de 2025
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este jueves el nuevo Índice de Referencia de Arrendamientos de Vivienda, que muestra una variación interanual del 2,20% en noviembre de 2024. Este indicador marca un antes y un después en la regulación del mercado de alquiler en España, ya que será la herramienta para actualizar anualmente los contratos de alquiler firmados desde el 25 de mayo de 2023, cuando entró en vigor la ley de vivienda.
Objetivo del índice
Su objetivo, según precisa la propia normativa, es “evitar incrementos desproporcionados en la renta de los contratos de arrendamiento”. El nuevo índice, que se divulgará mensualmente, será el parámetro principal para determinar el límite de las revalorizaciones anuales de los contratos de arrendamiento. Su cálculo combina tres referencias: el Índice de Precios de Consumo (IPC), la inflación subyacente ―que excluye alimentos frescos y energía por ser los más volátiles― y un tercer valor ajustado que considera la evolución de los dos anteriores, el crecimiento a largo plazo que se espera de estos (2%) y un coeficiente moderador, establecido de manera conjunta por los ministerios responsables de Vivienda y Economía, con el fin de reflejar las circunstancias particulares del mercado del alquiler.
Aplicación del índice
La medida se aplica exclusivamente a los contratos firmados bajo el marco de la nueva ley de vivienda, es decir, a aquellos que se produjeron a partir del 25 de mayo de 2023. Los alquileres firmados en fechas previas se seguirán actualizando con los datos del IPC o del Índice de Garantía de Competitividad (que está topado al 2%), según lo hayan acordado ambas partes.
Contexto y antecedentes
La introducción de este índice llega en un momento en que ya han expirado los topes temporales aplicados a las actualizaciones de alquileres. En los últimos años, y como respuesta a las crisis económicas derivadas de la pandemia y la guerra en Ucrania, el Gobierno había limitado las revalorizaciones de los alquileres al 2% en 2022 y 2023, y al 3% durante 2024. Pero seguía pendiente un sistema permanente que permita regular el mercado, por lo que se decidió introducir el nuevo indicador del INE. En cualquier caso, la actualización anual, regulada en el artículo 18 de la Ley de Arrendamientos Urbanos, no afecta al precio inicial fijado al firmar un contrato. Este se sigue fijando libremente, salvo que la vivienda se encuentre dentro una zona de mercado tensionado.
Limitaciones previstas
El nuevo índice intenta atajar un problema estructural del mercado español: la falta de previsibilidad para los inquilinos. En zonas donde los precios del alquiler han crecido de forma exponencial, especialmente en grandes ciudades y áreas metropolitanas, este mecanismo busca ofrecer un marco más estable para los arrendatarios. Sin embargo, se teme que su impacto sea limitado. El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra, José García Montalvo, prevé nuevas estrategias por parte de los propietarios para esquivar estos límites. “Muchos de ellos, anticipando las limitaciones en las actualizaciones, fijan precios iniciales elevados para compensar la restricción en los aumentos futuros”, señala.
Este comportamiento refleja las limitaciones de la medida en su capacidad para controlar efectivamente el mercado, ya que los propietarios ajustan el valor inicial para minimizar el impacto de estas políticas, resultando en un efecto real reducido.
A ello se suma lo que el experto señala como un “escaso poder de negociación por parte del inquilino”, que posiblemente acepte incrementos superiores a lo establecido por el índice, por miedo a tener que buscar un nuevo piso cuando el contrato finalice. Según la normativa, el inquilino tiene derecho a permanecer en la vivienda durante un periodo de cinco años, o siete si el propietario es una empresa. Durante este tiempo, las subidas de renta deben estar vinculadas a los límites estipulados al nuevo índice de referencia.
“Pero al finalizar el periodo el dueño puede elevar el precio lo que quiera o simplemente decidir que ya no renueva el contrato, lo que es un factor disuasorio para la gente que alquila”, añade el experto.