La moderación salarial: un camino lleno de obstáculos en la zona euro

La subida de los salarios negociados en la zona euro se desaceleró en el segundo trimestre de 2024, pasando del 4,74% en el primer trimestre al 3,55% interanual, según datos del Banco Central Europeo (BCE). Se trata de la menor subida anual desde el último trimestre de 2022.

El BCE atento a la evolución de los salarios

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha destacado la importancia de los datos sobre la evolución de los salarios de cara a la próxima reunión de septiembre, ya que pueden influir en la inflación de servicios.

Las perspectivas del BCE

Morgan Stanley cree que el primer trimestre fue probablemente el punto álgido de los salarios negociados en la zona euro y que la desaceleración del impulso de la remuneración por asalariado envía una señal importante de que el crecimiento salarial está en vías de desaceleración.

El camino hacia la moderación salarial

La caída de los salarios negociados en la zona euro en el segundo trimestre fue mayor de lo esperado, lo que hace que un recorte de septiembre de 25 puntos básicos sea aún más probable, según Bert Colijn, economista senior para la zona euro de ING Research.

Sin embargo, el camino hacia la moderación salarial podría estar lleno de obstáculos, ya que los sindicatos, especialmente en Alemania, continúan exigiendo salarios elevados en las negociaciones.
El Bundesbank, el banco central de Alemania, advierte de que las reivindicaciones salariales de los sindicatos de cara a las próximas negociaciones "siguen siendo elevadas" y son "especialmente llamativas" en el sector servicios, lo que habla a favor de aumentos salariales comparativamente altos en el futuro.

Retos y oportunidades para el BCE

El BCE se enfrenta al reto de equilibrar la moderación salarial con el apoyo al crecimiento económico. Si bien la desaceleración del crecimiento salarial es una buena noticia para la inflación, también puede frenar el consumo y la inversión.

Sin embargo, una moderación salarial sostenida podría crear un entorno más favorable para el crecimiento económico a largo plazo, al reducir las presiones inflacionistas y mejorar la competitividad.