La Unión Europea Sopesa el Uso del Instrumento Anticoerción Frente a las Amenazas Arancelarias de Trump
En respuesta a los posibles aranceles masivos que Donald Trump está considerando imponer, la Unión Europea (UE) está evaluando la posibilidad de utilizar el instrumento anticoerción. Esta herramienta, diseñada para contrarrestar agresiones económicas de terceros países, podría ser desplegada en caso de que las acciones de Estados Unidos se consideren perjudiciales para los intereses europeos.
Según Manuel V. Gómez (2025), periodista de El País, la presidenta del Ejecutivo de la Unión ha insinuado que esta opción está sobre la mesa, aunque la decisión final dependerá de un análisis exhaustivo de las medidas que Trump anuncie. La UE se encuentra ahora mismo calibrando su respuesta y valorando todas las opciones disponibles.

¿Qué es el Instrumento Anticoerción?
El instrumento anticoerción es una normativa que entró en vigor a finales de 2023, concebida para proteger a la UE de la coerción económica ejercida por terceros países. Este reglamento permite a la UE tomar medidas de represalia en caso de que un país externo aplique políticas que afecten negativamente el comercio o la inversión. La Comisión Europea, según su declaración de motivos, considera que este instrumento debe ser utilizado como «último recurso», priorizando siempre el diálogo y la negociación.

Características Clave del Instrumento Anticoerción
- Ámbito de aplicación: Se aplica en situaciones de coerción económica por parte de un tercer país, permitiendo a la UE responder a la agresión.
- Último recurso: Solo se utiliza después de agotar todas las vías de diálogo con el país infractor.
- Definición de coerción económica: Se entiende como la aplicación o amenaza de medidas que afecten el comercio o la inversión.
- Evaluación: La Comisión y el Consejo de la UE evalúan la intensidad, frecuencia, gravedad, amplitud y magnitud de la medida adoptada, así como su impacto en la soberanía de los Estados miembros.
El Contexto Geopolítico
La creación de este instrumento, según Ediciones EL PAÍS S.L. (2021), responde a un contexto de creciente incertidumbre mundial y tensiones geopolíticas. La UE ha mostrado preocupación por el aumento del unilateralismo y la alteración de las instituciones multilaterales, especialmente durante la administración Trump. La referencia a China también es evidente, dada su política comercial y su modelo de capitalismo de Estado.
La Comisión Europea considera que es crucial tener herramientas para defender los intereses de la UE en un mundo cada vez más complejo y competitivo.
Dudas Jurídicas y Desafíos
A pesar de su potencial, el uso del instrumento anticoerción no está exento de desafíos jurídicos. Para que se active, debe demostrarse que Estados Unidos está buscando torcer la voluntad de algún Estado miembro o de la UE en su conjunto. Esto podría ser más claro en casos como la imposición de aranceles a países que importan crudo de Venezuela o que aplican impuestos digitales.
Sin embargo, si Washington opta por un arancel general sin discriminación, la justificación jurídica podría ser más difícil de establecer. La Comisión Europea está analizando cuidadosamente todos los aspectos legales antes de tomar una decisión.
Proceso de Activación
El proceso para determinar si hay coerción económica puede durar hasta cuatro meses. Durante este tiempo, el tercer Estado debe ser informado diplomáticamente de la investigación. La propuesta de respuesta parte de la Comisión Europea, pero la decisión final debe ser adoptada por el Consejo de la UE por mayoría cualificada: un 55% de los países de la UE que representen al menos el 65% de la población.
Posibles Réplicas Comerciales
Las réplicas que permite el instrumento anticoerción son de carácter comercial, incluyendo aranceles, restricciones a las importaciones y exportaciones, imposiciones que afecten al comercio de servicios, a las finanzas o a los derechos de propiedad intelectual. Estas medidas están dentro de las competencias que los tratados otorgan a la Comisión y al conjunto de la Unión.
Otras herramientas, como el control de exportaciones, son competencia nacional y no se contemplan en este reglamento.
Conclusión
La Unión Europea se encuentra en una encrucijada, evaluando cómo responder a las posibles medidas arancelarias de Donald Trump. El instrumento anticoerción se presenta como una opción, pero su uso dependerá de un análisis jurídico riguroso y de la voluntad política de los Estados miembros. La decisión que se tome tendrá importantes implicaciones para el futuro de las relaciones comerciales entre la UE y Estados Unidos.