Las aerolíneas Ryanair, Vueling, Easyjet y Volotea se enfrentan a una multa histórica de 150 millones de euros por sus prácticas comerciales, particularmente por el cobro de equipaje de mano y la reserva de asientos junto a viajeros dependientes. Las empresas afirman que sus políticas cumplen con las normativas europeas y se muestran dispuestas a recurrir la sanción ante la Audiencia Nacional.
Las aerolíneas defienden sus políticas tarifarias
El presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, sostiene que las aerolíneas permiten el equipaje de mano que quepa debajo del asiento delantero y que algunas cobran un suplemento por las maletas más grandes. Asegura que las políticas son transparentes y que están abiertos a mejorarlas en colaboración con las autoridades y las asociaciones de consumidores.
Gándara argumenta que la prohibición de estas políticas afectaría a 50 millones de viajeros anuales que optan por tarifas básicas sin equipaje de mano facturado. Afirma que un aumento de las tarifas mínimas impactaría en toda la curva de precios, afectando también a quienes no utilizan el servicio.
Organismos de consumidores apoyan las sanciones
Organizaciones como la OCU y Facua aplauden la acción del Ministerio de Consumo, que considera abusivas las prácticas de las aerolíneas. Reconocen el derecho de las compañías a establecer las medidas y pesos del equipaje de mano, pero no a cobrar un importe adicional por él.
Posible impacto en la conectividad y la economía
El sector aéreo advierte de un posible impacto en la conectividad del país y en la economía si se confirman las sanciones. Las aerolíneas trabajan con la Comisión Europea para estandarizar las dimensiones y el peso del equipaje de mano, pero las políticas comerciales seguirían siendo competencia nacional.
La ALA ha solicitado a la Comisión Europea su intervención para evitar una supuesta injerencia del Gobierno español en la normativa del mercado, que, según argumentan, afecta a la movilidad en Europa.