Naturgy afronta su estruendoso estallido corporativo

Las negociaciones de CriteriaCaixa con Taqa para una posible OPA sobre Naturgy dejan al descubierto el enredo corporativo de la gasista española

Naturgy, la principal gasista española y tercera eléctrica del país, se encuentra en medio de un torbellino corporativo sin precedentes. Las negociaciones en curso entre CriteriaCaixa, su principal accionista, y la Abu Dhabi National Energy Company (Taqa) para una posible Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre Naturgy han puesto al descubierto un laberinto de intereses y presiones que dificultan la gobernanza de la compañía.

El ruido de fondo, dicen los expertos, es una de las cosas más difíciles de medir

La situación de Naturgy es un claro ejemplo de ello. La compañía lleva años acumulando tensiones internas y maniobras de poder entre sus diferentes accionistas, lo que ha acabado desembocando en este estallido.

CriteriaCaixa, con un 26,7% del capital, es el accionista mayoritario de Naturgy. Sin embargo, en los últimos años han ido ganando peso en el accionariado los fondos de inversión CVC (20,7%), GIP (20,6%) e IFM (15%). Estos fondos han presionado para obtener una mayor rentabilidad de su inversión, lo que ha llevado a choques con CriteriaCaixa.

El último episodio de este enfrentamiento tuvo lugar hace unos meses, cuando IFM lanzó una opa parcial sobre Naturgy. La oferta no tuvo éxito, pero sí provocó una reorganización del consejo de administración de la compañía, con la entrada de IFM y un asiento extra para CriteriaCaixa.

Ahora, las negociaciones entre CriteriaCaixa y Taqa han vuelto a encender las alarmas. Si se materializan, Taqa lanzaría una OPA sobre el 100% del capital de Naturgy, lo que supondría la salida de los fondos de inversión y un cambio radical en el control de la compañía.

El Gobierno, atento a los movimientos

El Gobierno español está siguiendo con atención los movimientos en Naturgy. La compañía es estratégica para el país, ya que suministra un tercio del gas natural que se consume en España y controla el 49% del gasoducto Medgaz con Argelia.

El Ejecutivo recela de los fondos de inversión y se opone a su plan de dividir Naturgy en dos compañías, una con los activos regulados y otra con los negocios liberalizados. El Gobierno considera que esta operación destruiría valor para los accionistas y perjudicaría los intereses de los consumidores.

El futuro de Naturgy es incierto. Las negociaciones entre CriteriaCaixa y Taqa podrían fracasar, pero también podrían desembocar en una OPA que cambie por completo el control de la compañía. En cualquier caso, la situación actual pone de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia y una mejor gobernanza en las empresas españolas.

Naturgy ante la encrucijada: ¿OPA o nueva gobernanza?

La posible oferta de Taqa sobre Naturgy plantea interrogantes sobre el futuro de la compañía

La posible OPA de Taqa sobre Naturgy ha generado una gran incertidumbre sobre el futuro de la compañía. Algunos analistas consideran que la oferta podría ser beneficiosa para Naturgy, ya que le permitiría acceder a nuevos mercados y reforzar su posición en el sector energético.

Sin embargo, otros analistas advierten de que la OPA podría suponer la pérdida de control de Naturgy por parte de sus actuales accionistas, especialmente CriteriaCaixa. Además, temen que la operación pueda tener un impacto negativo en el empleo y en la inversión en España.

El Gobierno, atento a la evolución de los acontecimientos

El Gobierno español está siguiendo con atención la evolución de los acontecimientos. El Ejecutivo considera que Naturgy es una empresa estratégica para el país y quiere asegurarse de que la operación no perjudica los intereses de los consumidores ni de la economía española.

En este sentido, el Gobierno ha manifestado que está dispuesto a intervenir si es necesario para proteger los intereses de España. El Ejecutivo podría, por ejemplo, bloquear la OPA si considera que no es beneficiosa para el país.

El futuro de Naturgy está en el aire. La posible OPA de Taqa ha abierto un periodo de incertidumbre que podría desembocar en un cambio radical en el control de la compañía. El Gobierno español, los accionistas y los trabajadores están pendientes de los próximos movimientos.