¡Cuidado con las avales! Conoce sus implicaciones

Ser aval de un crédito puede parecer un simple gesto de apoyo, pero conlleva grandes responsabilidades y riesgos financieros. Antes de aceptar, considera las siguientes implicaciones:

¿Qué implica ser aval?

Al ser aval, te comprometes legalmente a respaldar el préstamo de otra persona. Si el deudor principal no cumple con los pagos, tú eres responsable de liquidar la deuda, incluidos intereses y penalizaciones.

¿Cuándo se requiere un aval?

No todos los créditos requieren aval. Los bancos utilizan otros mecanismos para evaluar la capacidad de pago, como el historial crediticio y los ingresos. Sin embargo, cuando el perfil crediticio del solicitante es débil, se puede solicitar un aval para asegurar el préstamo.

Puntos a considerar antes de ser aval:

  • Capacidad financiera: Asegúrate de tener la capacidad financiera para cubrir la deuda en caso de incumplimiento del deudor principal.
  • Relación con el deudor: Considera la relación que tienes con el deudor y su historial de cumplimiento financiero.
  • Implicaciones legales: Entiende las implicaciones legales de ser aval, incluida la posibilidad de acciones legales y daños a tu historial crediticio.

Si bien ser aval puede ser un acto de solidaridad, también implica una gran responsabilidad. Evalúa cuidadosamente las implicaciones antes de tomar esta decisión. En muchos casos, negarse a ser aval puede ser la opción más sensata para proteger tu bienestar financiero.

"Ser aval es una decisión financiera que debe evaluarse con mucho detalle. Es fundamental considerar las consecuencias que puede tener en caso de que el deudor principal no cumpla con sus compromisos." - Manuel Wigueras, Experto en finanzas

Fuente: El Imparcial