Un aspirante a magistrado en Sonora bajo sospecha
En medio de la efervescencia de las primeras elecciones para el Poder Judicial en México, una candidatura en Sonora está generando controversia y profunda preocupación. Andrés Montoya García, abogado y aspirante a magistrado, se encuentra en el ojo del huracán, señalado por su presunta vinculación con la desaparición del periodista Alfredo Jiménez Mota, ocurrida en 2005. Esta situación plantea serias interrogantes sobre la idoneidad de Montoya García para ocupar un cargo en el sistema judicial.
La asociación civil Defensorxs ha catalogado la candidatura de Montoya García como «altamente riesgosa», debido a las acusaciones que lo señalan como el autor intelectual del secuestro y posible asesinato de Jiménez Mota. Miguel Alfonso Meza, presidente de Defensorxs, expresó a Milenio la inquietud de que una persona con tales señalamientos pueda llegar a ocupar un puesto en el Poder Judicial, donde podría representar un riesgo para activistas, periodistas y defensores de derechos humanos.

El periodista desaparecido y sus investigaciones
Alfredo Jiménez Mota, un joven periodista de 25 años, se había destacado por sus investigaciones sobre el crimen organizado en Sonora y sus vínculos con funcionarios de alto nivel. En las semanas previas a su desaparición, estaba investigando a la banda Los Salazar, un brazo armado del Cártel de Sinaloa, así como a otros grupos criminales como ‘Los Números’ y la organización de los hermanos Beltrán Leyva. Según información recolectada de la nota realizada por Milenio, estas investigaciones lo habrían puesto en la mira de personas poderosas y peligrosas.
El 2 de abril de 2005, Jiménez Mota recibió una llamada telefónica y avisó a una compañera del diario El Imparcial que se reuniría con un contacto que estaba «muy nervioso». Después de las 21:00 horas, su teléfono se apagó y se perdió todo rastro de él. Sus pertenencias quedaron intactas en su departamento, lo que sugiere que su desaparición fue planeada y ejecutada por personas que conocían sus movimientos.

La última reunión y las sospechas sobre Andrés Montoya García
Las investigaciones revelan que la última persona que vio a Jiménez Mota fue Andrés Montoya García, quien en ese entonces se desempeñaba como subdirector general del sistema penitenciario de Sonora. Según la Sociedad Interamericana de Prensa, Montoya García confirmó haber sostenido un encuentro con el periodista esa noche, en el que conversaron sobre la liberación de un presunto narcotraficante apodado «El Estudiante». Sin embargo, su coartada se vio comprometida por las investigaciones de las autoridades.
Además, el hermano de Andrés Montoya García, José Antonio Montoya García, alias «El Montoyita», era agente de la Policía Judicial del Estado y fue señalado como el autor material del secuestro del periodista. «El Montoyita» fue posteriormente asesinado en 2006, lo que alimentó aún más las sospechas sobre la posible participación de los hermanos Montoya García en la desaparición de Jiménez Mota. Un colega del periodista desaparecido, quien prefirió permanecer anónimo por seguridad, declaró a Milenio que «siempre se supo que su hermano Andrés andaba en lo mismo, pero operaba en las cárceles. Sólo hay que unir los puntos, caray: no hay que ser un genio para saber quiénes hicieron esto».
La impunidad y la falta de avances en la investigación
A pesar de los señalamientos contra los hermanos Montoya García, no existen registros oficiales de que Andrés Montoya García haya sido investigado por la desaparición de Jiménez Mota. En diciembre de 2021, el gobierno mexicano, a través del entonces subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, ofreció una disculpa pública por la desaparición del periodista, reconociendo que se trató de un crimen de Estado. No obstante, hasta el momento, la Fiscalía General de la República no ha señalado a nadie como responsable y no ha informado a los padres de Jiménez Mota sobre avances en el caso.
La periodista sonorense Shaila Rosagel, amiga de Jiménez Mota, preguntó a la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el estado de la investigación, a lo que la mandataria se comprometió a preguntar al fiscal Alejandro Gertz Manero. Sin embargo, tras 20 años sin culpables ni detenidos, la falta de avances en el caso genera indignación y frustración.
El crimen organizado y su influencia en el Poder Judicial
Los grupos criminales que investigaba Jiménez Mota hace 20 años siguen operando en Sonora y buscarían expandir su influencia en el estado a través de candidatos afines en la elección al Poder Judicial. Los Salazar, por ejemplo, se han afianzado en la ruta migrante que conecta al Desierto de Sonora con Arizona y han forjado una alianza con ‘Los Chapitos’, los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Otros grupos delictivos, como el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Nuevo Cártel Independiente de Sonora y el Cártel de Caborca, también tendrían interés en influir en la elección de jueces y magistrados.
La organización México Evalúa ha ubicado a Sonora como un estado con un nivel de riesgo «medio» en violencia político-criminal en estas elecciones judiciales. Miguel Alfonso Meza, presidente de Defensorxs, alerta sobre el riesgo de que los intereses del crimen organizado se filtren en la elección, no solo a través de candidatos con vínculos oscuros, sino también a través de acuerdos con grupos de poder en territorios donde el crimen organizado tiene la capacidad de movilizar a su base social y convertirla en estructura electoral.