El pulso del cambio se impone en Cataluña

El pulso del cambio se impuso este domingo en Cataluña, y lo hizo con una contundencia inusual. Los socialistas lograron por primera vez una victoria en votos y en escaños en unas elecciones autonómicas, los partidos independentistas se quedaron sin la mayoría que habían ostentado desde el comienzo del 'procés' y la oleada de derechización que recorre Europa desembarcó también en la comunidad con un PP fortalecido, Vox pisándole los talones y la extrema derecha independentista pidiendo paso con la entrada en el Parlament de Aliança Catalana.

La victoria del PSC fue incontestable. Los socialistas lograron 42 de los 135 escaños del Parlament, nueve más que en las últimas elecciones, y un sólido 28% de los votos. Salvador Illa, el candidato socialista, destacó que esta victoria supone "abrir una nueva etapa" en Cataluña, en la que "todos los catalanes, piensen lo que piensen, hablen la lengua que hablen y vengan de donde vengan", tendrán cabida.

El independentismo pierde la mayoría

La otra gran noticia de la noche electoral fue la pérdida de la mayoría absoluta de los partidos independentistas. El gran perdedor fue Esquerra Republicana, el partido que ha gobernado la Generalitat los últimos cinco años. Los republicanos perdieron más de 180.000 votos y se quedaron con solo 20 escaños, frente a los 33 que tenían anteriormente.

El hundimiento de Esquerra no benefició demasiado a sus rivales de Junts per Catalunya. Los posconvergentes, que habían confiado todo al efecto Puigdemont, solo sumaron cuatro escaños a los 32 que ya tenían. Con todo, los de Puigdemont pueden exhibir el trofeo de volver a liderar el espectro independentista, pero se quedan muy lejos de poder articular una mayoría para continuar con el proceso independentista.

La derecha se fortalece

La tercera gran tendencia de la noche fue la derechización del Parlament. El Partido Popular se disparó de tres a 15 escaños y logró comerse literalmente los restos de Ciudadanos en la comunidad que vio nacer al partido naranja. Lo que no logró el PP fue rebajar el peso de Vox. Los de Ignacio Garriga y Santiago Abascal mantuvieron los once escaños que ya tenían e incluso sumaron casi 30.000 votos más.

El panorama político catalán se complica

Los resultados electorales dejan un panorama político catalán muy complicado. Los socialistas han ganado las elecciones, pero no tienen mayoría absoluta. Los partidos independentistas han perdido la mayoría, pero siguen siendo la fuerza más numerosa del Parlament. Y la derecha se ha fortalecido, pero no llega a ser una alternativa de gobierno.

En este contexto, las negociaciones para formar gobierno se antojan complicadas. Los socialistas necesitarán el apoyo de la izquierda, tanto de Esquerra Republicana como de los comunes, para poder gobernar. Pero los republicanos ya han dicho que no pactarán con el PSC. Y los comunes, que han perdido representación, tampoco parecen muy dispuestos a apoyar un gobierno socialista.

La otra opción para los socialistas sería un pacto con Junts per Catalunya. Pero los posconvergentes también han dicho que no pactarán con el PSC. Y, además, los números no dan para una mayoría de izquierdas o de derechas. La única posibilidad sería un pacto a tres bandas entre socialistas, independentistas y comuns, pero parece muy poco probable.

Por lo tanto, el panorama político catalán se presenta muy incierto. Es posible que se produzcan nuevas elecciones, pero tampoco se puede descartar que se llegue a un acuerdo in extremis para evitarlas.